La primera UCI para neonatos fue establecida en 1961 en la Universidad Vanderbilt por la profesora Mildred Stahlman. Se denominó oficialmente UCIN cuando Stahlman utilizó por primera vez por su cuenta un ventilador para asistir a un bebé con dificultades respiratorias.
Mildred T. Stahlman nació en 1922 en Nashville, Tennessee. Se graduó en el Instituto de Artes y Ciencias de la Universidad Vanderbilt en 1943 y se doctoró en Medicina en la Escuela de Medicina de la Universidad Vanderbilt en 1946
Su campo de investigación inicial fue la cardiología pediátrica, pero a finales de los 50 y comienzos de los 60, evolucionó en una dirección que cambió su vida y las vidas de miles de bebés prematuros y sus padres. Cuando en octubre de 1961 nació una bebé con la enfermedad de la membrana hialina severa, la investigación de Stahlman se enfrentó a una situación de vida o muerte. Los padres de la niña dieron permiso para el que entonces era un audaz experimento – ayudando a su hija a respirar a través de un respirador que había sido reducido al tamaño de un bebé prematuro. La capacidad de monitorizar el efecto de la mascarilla del oxígeno en la sangre mediante catéteres umbilicales hizo posible esta terapia del respirador.
Este interés por los problemas respiratorios de los recién nacidos prematuros, junto con una subvención de los Institutos Nacionales de Salud condujo a Stahlman para poner en marcha la primera Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales moderna del mundo.
Breve resumen de la historia de la atención neonatal
El problema de los bebés prematuros y con enfermedades congénitas no es nuevo. Ya en los siglos XXVII y XVIII se publicaron trabajos académicos que trataban de compartir conocimientos sobre las intervenciones. Sin embargo, no fue hasta 1922, que los hospitales comenzaron a agrupar los recién nacidos en una zona, que ahora se llama Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN).
Antes de la Revolución Industrial, los bebés prematuros y con enfermedades congénitas nacían y recibían cuidados en el hogar y, o bien sobrevivían o morían, sin intervención médica.
A mediados del siglo XIX, se desarrolló por primera vez la incubadora infantil sobre la base de las incubadoras utilizadas para los huevos de gallina. El Dr. Stéphane Tarnier es considerado el padre de la incubadora, que desarrolló tratando de mantener en un ambiente cálido a los bebés prematuros de una sala de maternidad en París. Otros métodos se habían utilizado antes, pero este fue el primer modelo cerrado. Además, ayudó a convencer a otros médicos de que el tratamiento ayudaba a los bebés prematuros. Francia se convirtió en un precursor en la asistencia a los recién nacidos prematuros, en parte debido a su preocupación por la disminución de la tasa de natalidad.
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