Según el National Institute of Drug Abuse[i], cada día mueren más de 90 ciudadanos estadounidenses por sobredosis de opioides ii. Hablamos no solo de drogas ilegales como la cocaína o la heroína, sino también de analgésicos recetados como el fentanilo, la oxicodona, o tramadol; encontrándonos ante uno de los grandes problemas médicos de nuestro tiempo en algunos países. De hecho, en Estados Unidos, la ya conocida como “crisis de los opioides” lleva años convertida en una crisis de salud pública.
Aunque distintas voces de en España señalan que estamos lejos de enfrentarnos a una crisis como la que se vive al otro lado del Atlántico, tal y como señala este informe de 2018 del Ministerio de Sanidad iii, es importante conocer qué ha sucedido en el país americano y qué debemos hacer aquí para evitarlo.
La experiencia americana ante la crisis de los opioides
En los últimos años del s. XX, en Estados Unidos se estimaba que cerca de 100 millones de ciudadanos sufrían dolor crónico iv. Esto, unido a una popularidad cada vez mayor de los analgésicos debido a la falsa creencia de que drogas más modernas y mejor diseñadas generarían menos adicción, hicieron que las autoridades sanitarias desarrollaran una regulación mucho menos estricta para el uso de opioides. Así, los médicos fueron aumentando poco a poco las recetas de estos medicamentos para mejorar la vida de una población cada vez más envejecida que sufre dolores durante años.
Poco después, se empezaron a observar las consecuencias de este aumento de recetas, observándose una desviación en el uso de estos medicamentos, pero se habla de un aumento “silencioso” que ocultó la magnitud del problema hasta 2015, año en el que más de 33.000 estadounidenses fallecieron por sobredosis de opioides (incluidas drogas ilegales y opioides recetados). Desde el National Institute of Drug Abuse destacan algunas cifras:
- “Aproximadamente entre el 21% y el 29% de los pacientes a quienes se les recetan opioides para tratar el dolor crónico los usan en forma inapropiada. v
- Entre el 8 y el 12% de las personas que usan algún opioide para el dolor crónico desarrollan un trastorno por consumo de opioides. vi
- Se estima que entre el 4% y el 6% de quienes usan los opioides recetados en forma inapropiada pasan a consumir heroína. vii
- Alrededor del 80% de las personas que consumen heroína abusaron antes de los opioides recetados. viii
- La probabilidad de desarrollar un trastorno por consumo de opioides depende de muchos factores, entre ellos la duración del tratamiento de opioides recetado para el dolor agudo y el tiempo durante el cual las personas continúan tomando opioides (ya sea tal como fueron recetados o en forma indebida).”
De este modo, el problema que ha crecido de forma silenciosa desde los años 90 del siglo pasado, ha ido generando un grave problema de salud pública con consecuencias como el abuso de opioides, las sobredosis asociadas, el aumento del síndrome de abstinencia neonatal por el consumo de drogas durante el embarazo, e incluso un aumento de las enfermedades infecciosas como el VIH y la hepatitis C que se explica por el creciente consumo de drogas inyectables.
Además, el Centers for Disease Control and Prevention calcula que la carga económica que se deriva del abuso de opioides recetados es de más de 80.500 millones de dólares cada año, incluyendo el coste de la atención sanitaria, la reducción de la productividad, el tratamiento al que se someten los pacientes para luchar contra la adicción y los gastos relacionados con la administración de justicia. ix
Qué soluciones han encontrado en Estados Unidos y cómo prevenir en España
Desde hace unos años, cuando el problema comenzó a hacerse visible en el sistema sanitario, el Department of Health and Human Services (HHS) se ha puesto a trabajar en serio para frenar la epidemia y ha desarrollado una estrategia con cinco prioridades claras, que se basan en:
- Dar mayor accesibilidad a los servicios y al tratamiento de recuperación.
- Promover el uso de medicamentos que puedan contrarrestar la sobredosis.
- Visibilizar y concienciar sobre la epidemia y aumentar la vigilancia de salud pública.
- Apoyar las investigaciones científicas sobre el dolor y la adicción.
- Favorecer y fomentar las buenas prácticas para controlar el dolor. En este sentido, el National Institutes od Health (NIH) trabaja para desarrollar estrategias seguras, efectivas y no adictivas para controlar el dolor crónico.
Respecto a este último punto, varios anestesiólogos fueron preguntados en un reportaje sobre el abordaje integral del dolor crónico resaltando el importante papel que pueden jugar las técnicas intervencionistas para evitar que la crisis sufrida en EEUU se propague a Europa o al resto de sociedades muy envejecidas, especialmente las occidentales.
BIBLIOGRAFÍA
i https://www.drugabuse.gov/es
[ii] https://www.drugabuse.gov/es/informacion-sobre-drogas/los-opioides/la-crisis-de-opioides#one
iii https://pnsd.sanidad.gob.es/noticiasEventos/actualidad/2019_Actualidadpublica/pdf/20191211_Opioides_en_Espana_Ni_repunte_heroina_ni_crisis_americana.pdf
iv https://www.bbc.com/mundo/noticias-47682894
v Vowles KE, McEntee ML, Julnes PS, Frohe T, Ney JP, van der Goes DN. Rates of opioid misuse, abuse, and addiction in chronic pain: a systematic review and data synthesis. Pain. 2015;156(4):569-576. doi:10.1097/01.j.pain.0000460357.01998.f1.
[vi] Cicero TJ, Ellis MS, Surratt HL, Kurtz SP. The Changing Face of Heroin Use in the United States: A Retrospective Analysis of the Past 50 Years. JAMA Psychiatry. 2014;71(7):821-826. doi:10.1001/jamapsychiatry.2014.366.
vii Carlson RG, Nahhas RW, Martins SS, Daniulaityte R. Predictors of transition to heroin use among initially non-opioid dependent illicit pharmaceutical opioid users: A natural history study. Drug Alcohol Depend. 2016;160:127-134. doi:10.1016/j.drugalcdep.2015.12.026.
viii Muhuri PK, Gfroerer JC, Davies MC. Associations of Nonmedical Pain Reliever Use and Initiation of Heroin Use in the United States. CBHSQ Data Rev. August 2013.
ix Florence CS, Zhou C, Luo F, Xu L. The Economic Burden of Prescription Opioid Overdose, Abuse, and Dependence in the United States, 2013. Med Care. 2016;54(10):901-906. doi:10.1097/MLR.0000000000000625.
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