Los pacientes de UCI reciben un promedio de 13 medicamentos diferentes al día, 7 de los cuales se administran por vía intravenosa [1].

En un período de 24 horas se requiere un promedio de 178 actividades para un solo paciente, siendo las enfermeras las que realizan el 84% de estas tareas. [2]

Las unidades de cuidados intensivos están formadas por un equipo de cuidados críticos, compuesto por intensivistas, enfermeras, terapeutas respiratorios, farmacéuticos, dietistas y otras especialidades que prestan apoyo.

Estos profesionales trabajan con pacientes con enfermedades potencialmente mortales que requieren una atención sanitaria precisa, continua e inmediata.

Este ritmo frenético produce agotamiento, no solo físico, también emocional.

La alta carga de trabajo y la presión del tiempo a la que están sometidos, unido a la alta tasa de mortalidad a la que tienen que hacer frente los servicios de cuidados intensivos convierte a estos profesionales en los más afectados por el burnout.

No obstante, es preciso que los profesionales estén al 100% para poder enfrentarse a los retos que suponen los procedimientos de diagnóstico y terapéuticos, ya que los pacientes de UCI ingresan en un estado crítico y las infusiones que reciben son de alto riesgo.

Prácticamente todos los enfermos críticos están expuestos a sufrir un error, pudiendo sufrir un evento adverso grave 1 de cada 5. [3]

Los dispositivos utilizados pueden facilitar el trabajo del sanitario, reduciendo la tasa de error y asegurando una correcta administración, un entorno estéril y una desinfección eficiente.

¿Cuáles son los tratamientos que se administran en las unidades de cuidados intensivos?

  • Sedación (Morfina – Opio – Curare…)
  • Inótropos
  • Antibióticos
  • Nutrición Parenteral
  • Relleno vascular
  • Otros fármacos (insulina, corticoides, vasopresores, lactato…)

Muchos de los fármacos utilizados en UCI son de margen terapéutico estrecho. Esto significa que la relación entre la dosis que produce un efecto terapéutico y la que provoca efecto tóxico es pequeña.

Por lo que la administración debe ser precisa y exacta para evitar el riesgo de fallas terapéuticas (concentraciones subterapéuticas) o bien reacciones adversas serias (concentraciones supra-terapéuticas).

Dispositivos de acceso venoso

En muchas ocasiones, estos pacientes precisan varios tratamientos al mismo tiempo, lo que desemboca en el uso de rampas de llaves de varias vías o alargaderas bifurcadas o trifurcadas.

Los puntos de interés para seleccionar el dispositivo que mejor se adapte a las necesidades de los pacientes críticos deberá permitir al profesional:

  • Conocer el tiempo y volumen de llegada al paciente: mínimo volumen muerto, inyección lo más cerca posible de la piel.
  • Evitar la interacción entre fármacos: menor espacio común entre las líneas posible.
  • Dispositivo desinfectable: una desinfección correcta reducirá la posibilidad de contaminación.
  • Reducción del tiempo de enfermería: optimización del tiempo por paciente.

Con el fin de reducir las posibles complicaciones para el paciente existen estudios y documentos de interés que hacen referencia a estos dispositivos.

En las recomendaciones para la práctica clínica de la CDC del 2011 encontramos lo siguiente:

“Las llaves de tres vías no siempre permanecen perfectamente cerradas y no permiten procedimientos de desinfección. Representando una puerta de entrada de microorganismos en los catéteres de acceso vascular y en los fluidos intravenosos. Además, si se manipulan directamente sobre el punto de punción hay mayor posibilidad de flebitis mecánica.”

 ¿Cuál es la alternativa?

Tanto la CDC como el programa Flebitis Zero recomiendan el uso de sistemas cerrados sin agujas para el acceso a los catéteres intravasculares.

infusión en uci

Las alargaderas bifurcadas o trifurcadas se consideran sistemas cerrados, lo que disminuye el riesgo de infección, además permiten realizar la punción más cerca del paciente lo que reduce notablemente la flebitis mecánica y permite conocer de forma más exacta el tiempo de llegada del fluido al torrente sanguíneo.

Además, por su diseño, estos dispositivos tienen menor volumen muerto, permitiendo al profesional conocer con más exactitud el flujo que recibirá el paciente.

Para un mayor control sobre el flujo se recomienda la utilización de válvulas de seguridad antirretorno equipadas en los dispositivos de prolongación. Esto impedirá el reflujo de medicamentos en la línea principal haciendo posible conocer el flujo específico que recibe el paciente.

La desinfección también es una gran preocupación por los efectos adversos que puede desencadenar. Los prolongadores o alargaderas de varias vías permiten la desinfección, evitando de este modo la contaminación, en contraposición con las rampas donde la desinfección del dispositivo no es posible.

Como hemos comentado, otra de las preocupaciones es la incompatibilidad entre los distintos fármacos, por ello cuanto menor sea el espacio común entre las líneas, menor será también el riesgo.

Asimismo, la necesidad de las diversas manipulaciones que requieren las rampas, como gestión de los tampones, aumenta las posibilidades de desconexiones accidentales que pueden dejar el sistema abierto.

Por último, al precisar una mayor interacción con el dispositivo se consume más tiempo de enfermería, el cual podría invertirse en otras tareas u otros pacientes, reduciendo el estrés que provoca la presión del tiempo por paciente a la que se someten los profesionales de la unidad de cuidados intensivos.

 

[accordion title=’Bibliografía’]Bibliografía:

[1] Moss J, Berner E, Bothe O, Rymarchuk I. Intravenous medication administration in intensive care: opportunities for technological solutions. In: AMIA Annual Symposium Proceedings; 2008 Nov 8-12; Washington, DC. Bethesda (MD): AMIA; 2008. p. 495-9 [2] Donchin Y, Gopher D, Olin M, Badihi Y, Biesky M, Sprung CL, et al. A look into the nature and causes of human errors in the intensive care unit. Qual Saf Health Care. 2003 Apr;12(2):143-7 [3] Ángela Alonso Ovies. Seguridad en UCI: evitando los riesgos derivados de los nuevos profesionales [4] Guías y protocolos de ucienenfermeria.org [5] CDC –O’Grady NP, Alexander M, Burns LA et al.: Guidelines for the prevention of intravascular catheter-related infections. Clin Infect Dis 2011;52( 9): e162-93.  [6] Protocolo FlebitisZero  [6] Criterios de ingreso en la Unidad de Medicina Intensiva (UMI) de RiojaSalud[/accordion]

Por

Rafa Ávila

Delegado de ventas – Córdoba, Málaga y Melilla en Vygon España
  • EXPERIENCIA
Llevo 32 años en la venta hospitalaria donde he desempeñado varios puestos, responsable de zona de Andalucía, Extremadura y Canarias, responsable de formación y selección de personal. Hace 10 años que soy delegado de ventas de Vygon
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