El Dr. Manuel Sánchez Luna, jefe del servicio de neonatología en el Hospital Gregorio Marañón y presidente del Comité de Estándares en la Sociedad Española de Neonatología, nos concede una entrevista en la que hacemos un repaso a los hitos, estándares y avances de la neonatología en nuestro país.
Entrevistador: La neonatología se puede considerar como una disciplina relativamente joven dentro de la medicina ¿Cuándo y cómo surge la necesidad de esta especialidad?
Dr. Manuel Sánchez Luna: La neonatología surge a principios del siglo XX cuando aparece la necesidad de ayudar a la supervivencia de los niños después del nacimiento.
Pero hay un hito que marca la medicina neonatal. La muerte de Patrick Kennedy, hijo de John F. Kennedy y Jackelin Kennedy en agosto de 1963. Fue un prematuro tardío que nació con 1.800 gr., en la semana 34 de embarazo. Un bebé que hoy hubiese sobrevivido en cualquier hospital nada sofisticado falleció a los dos días nacer en el mejor Hospital de los EE. UU, donde no pudieron hacer nada por él.
A partir de ese momento la inversión se dispara en la especialidad de neonatología y fundamentalmente a principio de los años 70 es cuando surgen los primeros hospitales claramente dedicados al tratamiento intensivo de los recién nacidos graves. Aunque no será hasta los años 80 cuando despegue la neonatología en nuestro entorno.
E: Ahora, la neonatología española está situada en la élite mundial, ¿a qué se debe?
Dr. Sánchez Luna: Es la medicina española lo que se sitúa en la élite mundial. La neonatología es parte del avance de la medicina en general. Se debe a que tenemos uno de los mejores sistemas públicos sanitarios donde se ha cuidado muchísimo el entrenamiento, la capacitación de nuestros especialistas y el desarrollo tecnológico de los grandes hospitales. Toda esta estructura parece muy sencilla, pero no lo es.
“La medicina española lo que se sitúa en la élite mundial, la neonatología es parte de ese avance”
La neonatología es la especialidad médica más cara en lo que suponen costes hospitalarios, el segundo diagnóstico por coste hospitalario en toda la medicina es que sobreviva un bebé de menos de 750 gramos. El sistema público ha generado unos recursos y una capacitación tanto de personal médico como de enfermería exquisito y probablemente sería imposible de mantener en otro tipo de sistema.
ESTÁNDARES: una actitud diagnóstica y terapéutica de calidad
E: Todo ello ha obligado al establecimiento de estándares en las unidades de neonatología, ¿de dónde deriva esta necesidad?
Dr. Sánchez Luna: En medicina necesitamos protocolizar basados en la evidencia médica. La evidencia médica genera la base y la sustentación de las decisiones que vamos a tomar en el tratamiento de pacientes. Cuando tenemos pacientes muy complejos, con patologías muy variadas y que precisan de tratamientos muy sofisticados es necesario que protocolicemos todo. Estos protocolos se tienen que basar en estudios realizados correctamente: ensayos clínicos, aleatorizados y basados en estudios muy bien organizados.
Uno de los problemas que tenemos en neonatología es que la investigación en recién nacidos es compleja y, en ocasiones, éticamente difícil. Por ello, a veces, tenemos que tomar estudios que se han realizado en edades posteriores de la vida.
En los últimos 10/15 años tenemos muchos estudios y ensayos que nos han ayudado a tomar decisiones. Esa toma de decisiones, luego, es estructurada en base a protocolos y esos protocolos son luego la base de las recomendaciones. Son recomendaciones, los estándares no obligan a nadie. Recomendaciones que hacemos en las sociedades científicas para que la mayoría de la gente siga uniformemente una actitud diagnóstica, una actitud terapéutica y un seguimiento de la patología neonatal.
E: Entendemos, pues, que la innovación y el continuo aprendizaje son básicos para el establecimiento y remodelación de los estándares.
Dr. Sánchez Luna: Habitualmente los estándares se revisan y se renuevan en función de la nueva evidencia que hay. Cada lustro puede producirse cambios estructuralmente importantes que hacen que modifiquemos algunas actitudes. Este hecho es muy importante en neonatología porque el impacto de todo lo que hacemos es a muy largo plazo.
«Las evidencias pueden cambiar, hay novedades que quizás nos muestren que lo que estábamos haciendo no era tan correcto cómo pensábamos»
Las evidencias pueden cambiar, hay avances, novedades, descubrimientos que quizás nos muestren que lo que estábamos haciendo no era tan correcto cómo pensábamos.
Y, sobre todo, lo que hay es una tan autocrítica en función de nuestros resultados. Intentamos comprarnos con distintos estudios de diferentes universidades, centros hospitalarios, países para comprobar quien tiene los mejores resultados y quedarse con lo mejor de los demás.
E: La investigación es, por tanto, una herramienta clave para alcanzar la excelencia.
Dr. Sánchez Luna: La investigación en neonatología es compleja porque a la industria le mueve muy poco la inversión en nuestros pequeños recién nacidos ya que la producción de fármacos o de productos relacionados con la asistencia neonatal en relación con los costes es baja. Por otro lado, las investigaciones de las grandes instituciones públicas que dedican gastos, tiempo y dinero en neonatología tampoco es especialmente importante.
Estamos, si nos comparamos con el resto de las áreas médicas, muy por debajo en cuanto a inversión. En España la investigación no se paga. Sin embargo, nuestra investigación neonatal es de excelencia. Las personas que hacen investigación la realizan en horario protegido para la asistencia. Es decir, en ratos libres, tardes, noches, fines de semana. Pero a pesar de estas limitaciones y la falta de inversión estamos muy bien.
E: En los últimos años se está produciendo una oleada de mejora de las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales, ¿Qué recomendaciones se han de seguir para el óptimo diseño y uso de estas?
Dr. Sánchez Luna: En neonatología, como en el resto de medicina, andamos con efecto péndulo. No podemos olvidar que lo mejor a veces es enemigo de lo óptimo o de lo excelente. A la hora de hablar de las recomendaciones tenemos que mirar en qué país estamos, en qué situación y los recursos que tenemos en cada centro donde los costes pueden ser insoportables para este tipo de instalaciones.
“La recomendación es que humanicemos los hospitales, pero la humanización no es poner una sonrisa, pasa por invertir en estructuras hospitalarias”
Intentamos aislar a los pacientes entre ellos para que la familia esté el mayor tiempo posible con su bebé, en estancias cómodas, individuales – o al menos donde no haya una masificación- que faciliten el contacto con su hijo 24 horas, siete días a la semana. Pero, evidentemente, no podemos dejar a un niño solo durante 80 días de hospitalización. Por lo tanto, hay que buscar un equilibrio.
Hoy la recomendación es que humanicemos los hospitales. Pero la humanización no es poner una sonrisa a la gente cuando llegue al centro hospitalario. La humanización pasa por invertir en estructuras hospitalarias: acceso pleno a la familia, en el momento en el pueda y desee y en el tiempo que pueda y quiera estar con su bebé sin que impida el correcto desarrolla del trabajo con el recién nacido.
“Hay que adaptar nuestros antiguos hospitales que no están preparados para esta nueva mentalidad: deben de pensar más en ser defensores de la familia”
Por ello hay que adaptar nuestros antiguos hospitales que no están preparados para esta nueva mentalidad. Los nuevos centros hospitalarios deben de pensar más en ser defensores de la familia.
E: Hablamos de adaptar la mentalidad de los hospitales, ¿esto implica, también, un mayor número de recursos al alcance?
Dr. Sánchez Luna: El volumen de recursos quizás no es lo más importante, si no cómo organizamos y cómo dedicamos estos recursos. EL problema es que los recursos no son infinitos, pero conviene recordar que la inversión en neonatología es una inversión de futuro. Nos es lo mismo invertir en una persona que ya está al final de su vida, que en una persona que está al principio.
“La mejor inversión es la formación del personal que trabaja con los recién nacidos”
La mejor de la inversión, en cualquier caso, es la de la formación del personal que trabaja con los recién nacidos, la regionalización, la capacitación de estos centros hospitalarios para que estén dotados del personal y de la tecnología suficiente.
E: ¿Es necesario pasar de protocolos y recomendaciones a normas?
Dr. Sánchez Luna: Las normas en medicina son peligrosas porque la medicina ni es autoritaria, ni es propiedad de nadie, ni es monopolistas. Es democrática. En cualquier momento puedo surgir una novedad que haga que cambiemos algunas actitudes diagnósticas y terapéuticas. Por lo tanto, tenemos que ser muy flexibles, muy abiertos. La ciencia es algo imparable y difícil de regular.
Hay que regular otros aspectos como es la asistencia perinatal en nuestro país, la asistencia en los grandes centros, qué tipo de dotaciones tiene que haber, qué tipo de personal es el que tiene que tratar a nuestros recién nacidos. Pero la medicina, la ciencia, la investigación tiene que ser absolutamente libre, universal, democrática y abierta.
“Las normas en medicina son peligrosas porque la medicina ni es autoritaria, ni es propiedad de nadie, ni es monopolistas. Es democrática”
E: ¿Qué retos se plantean a la hora del establecimiento de estándares?
Dr. Sánchez Luna: Uno de los mayores retos que se plantean a la hora de hablar de estándares de tratamiento, manejo y cuidado de nuestros recién nacidos es que estamos muy lejos de los que toman decisiones políticas en nuestros centros. No existe un espacio común de diálogo sobre los objetivos de salud; de salud de excelencia y de calidad asistencial, porque, en ocasiones, preocupa más el resultado. Ese es un gran reto de nuestro sistema público de salud.
Si quieres saber más acerca de los estándares y las recomendaciones para las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales, rellena el formulario con tus datos y dudas e intentaremos ayudarte a resolverlas.
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