Sistemas de acceso venoso. Recomendaciones de las guías.

Por Alberto Sánchez

23 Mar, 2020
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En los últimos años han aparecido multitud de dispositivos para el acceso venoso, pero no todos son igual de seguros. 

Con el fin de esclarecer qué prácticas y dispositivos protegen más la salud profesional y del paciente han nacido proyectos como Flebitis Zero o las guías para prevención de infecciones relacionadas con el catéter intravascular de la CDC. 

Los accesos intravenosos y la administración de medicamentos son una de las prácticas más realizadas en los servicios, no obstante, pueden desencadenar en complicaciones locales y sistémicas, tales como infecciones del punto de inserción, flebitis, bacteriemias e incluso sepsis.  

Para poder comprender los distintos riesgos con los que podemos encontrarnos relacionados con el dispositivo es importante conocer la evolución de estos. 

Alrededor de 1970 se introdujeron los catéteres y tubos intravenosos lo que produjo un crecimiento sin precedentes de la terapia intravenosa y la administración de medicamentos intravenosos por parte de las enfermeras, ya que hasta entonces esta tarea se destinaba en muchos países casi de forma exclusiva a los médicos. 

A su vez llegaron sets de administración intravenosa equipados con un tapón de inyección integral. Pero se demostró que si se utilizaban de forma frecuente terminaban teniendo fugas, las cuales eran una puerta de entrada de bacterias y de salida de la infusión administrada.  

Pero no fue hasta la aparición de las llaves de tres vías cuando se empezó a disponer de un acceso casi ilimitado al catéter para infusiones de fármacos por separado y sin pérdidas. Estos dispositivos también permitían la extracción de sangre para pruebas de diagnóstico. 

Desde entonces las llaves de tres pasos se han convertido en uno de los dispositivos más comunes en la terapia intravenosa, a pesar de ello su diseño impide procedimientos de desinfección y no asegura que siempre permanezcan perfectamente cerradas. 

Lo que desemboca, según las recomendaciones para la práctica clínica de la CDC del 2011 con respecto a los conectores sin agujas:  

“Las llaves de 3 pasos utilizadas para la inyección de medicamentos, la administración de infusiones intravenosas y la recogida de muestras de sangre representan una puerta potencial de entrada de microorganismos en los catéteres de acceso vascular y en los fluidos intravenosos.” 

Tanto la CDC como el programa Flebitis Zero recomienda el uso sistemas cerrados sin agujas para acceder a los catéteres intravasculares. 

La razón es que estos dispositivos de una sola pieza van equipados con luer desinfectable que mantiene cerrado el catéter permitiendo la conexión de jeringas y de luers en los catéteres vasculares.  

La válvula cerrada evita posibles pinchazos accidentales que dejarían a los trabajadores sanitarios potencialmente expuestos al riesgo de infección por virus transmitidos por la sangre 

Los sistemas cerrados sin aguja se pueden clasificar según su mecanismo interno en:  

Simples 

Las válvulas de mecanismo interno simple no tienen piezas móviles internas lo que permite que el fluido fluya sin turbulencias a través del lumen del dispositivo.  

  • Válvulas tipo Split Septum son sistemas cuyo acceso se realiza a través de la apertura del sello o tabique divisorio, cerrándose automáticamente una vez se retira la jeringa o el equipo de administración de fluidos. 
  • Acceso por la depresión de un sello/tabique que contiene en su interior una cánula siendo esta la que conecta con la jeringa.  

Complejas o mecánicas 

Disponen de un mecanismo en su interior que controla el flujo dentro del sistema. 

¿Qué válvula es la más adecuada?  

Según la CDC las válvulas más recomendables serían las válvulas tipo Split Septum: 

“Cuando se utilicen sistemas de acceso sin aguja, sería preferible elegir las válvulas tipo Split Septum frente a las válvulas mecánicas, debido al mayor riesgo de infección de estas últimas” 

Las membranas Split Septum se cierran automáticamente una vez que se retira la jeringa o el equipo de administración de fluidos, eliminando así el riesgo de embolia gaseosa y permitiendo una mejor protección del acceso vascular frente a la contaminación. 

También es recomendable acompañarlas de un pequeño prolongador que permitirá evitar la flebitis mecánica durante la manipulación de la válvula sobre el catéter. 

bionector ventajas

Actualmente existen multitud de opciones para la cateterización venosa y resulta difícil conocer cuál es la segura para cada procedimiento.  

Proyectos como Flebitis Zero o las guías para prevención de infecciones relacionadas con el catéter intravascular de la CDC recogen buenas prácticas que responden a la seguridad del paciente y del propio sanitario y ayudan a evitar posibles complicaciones. 

[infobox title=’Te puede interesar’] [/infobox][accordion title=’Bibliografía’]

Bibliografía: 

[1] CDC –O’Grady NP, Alexander M, Burns LA et al.: Guidelines for the prevention of intravascular catheter-related infections. Clin Infect Dis 2011;52( 9): e162-93.  [2] FlebitisZero   [3] Curran, Evonne. “Needleless connectors: the vascular access catheter’s microbial gatekeeper.” Journal of infection prevention vol. 17,5 (2016): 234-240. doi:10.1177/1757177416657164 [/accordion]

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Delegado especialista Cuidados Intensivos y Anestesia – Emergencias – Madrid - Vygon España
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