La inestabilidad hemodinámica se manifiesta con frecuencia durante el curso perioperatorio de los pacientes quirúrgicos de alto riesgo. Esta inestabilidad surge principalmente durante la cirugía debido a la influencia de los agentes anestésicos sobre el tono vascular, agravada por la hemorragia quirúrgica. En el postoperatorio, diversos factores pueden ser responsables de la inestabilidad hemodinámica, como las complicaciones hemorrágicas, los acontecimientos adversos cardiorrespiratorios (como el infarto de miocardio y la embolia pulmonar) y las complicaciones infecciosas (por ejemplo, el shock séptico). La inestabilidad hemodinámica puede precipitar la hipoperfusión tisular y la hipoxia y, si se prolonga, puede culminar en un fallo orgánico que, en última instancia, conduce a la mortalidad postoperatoria.

El manejo hemodinámico racional requiere cuantificar el gasto cardíaco y el tono vascular para identificar los mecanismos subyacentes de la inestabilidad hemodinámica y seleccionar el tratamiento adecuado (Figura 1). En los pacientes con hipotensión y gasto cardíaco conservado, el mecanismo subyacente es la vasodilatación, y el tratamiento lógico es la administración de vasopresores y, cuando sea posible, una reducción de la profundidad de la anestesia. En los pacientes con hipotensión y bajo gasto cardíaco, la hipotensión está frecuentemente relacionada con la hipovolemia. Por ello, la administración de fluidos producirá un aumento significativo del gasto cardíaco. Si no es así, se sospecha una disfunción cardiaca. En ocasiones, un gasto cardíaco bajo puede explicarse por una bradicardia extrema (frecuencia cardíaca < 40 lpm).
La mayoría de los pacientes sometidos a cirugía mayor son monitorizados con un catéter arterial radial para la monitorización continua de la presión arterial. En este contexto, los algoritmos de contorno del pulso permiten la monitorización continua del gasto cardíaco y el tono vascular. Algunos algoritmos de contorno del pulso funcionan exclusivamente con transductores de presión desechables, caros y voluminosos. En Europa, las emisiones de dióxido de carbono y el coste asociado a estos transductores dedicados pueden superar las 1.000 toneladas/año y los 1.000 millones de euros/año, respectivamente11. Otros algoritmos de contorno de pulso (incluido el PRAM) funcionan con transductores de presión normales, lo que reduce drásticamente las emisiones de dióxido de carbono y los costes. Forman parte de los sistemas de monitorización del gasto cardiaco conocidos como técnicas sostenibles de contorno de pulso.2
En resumen, todos los pacientes sometidos a cirugía mayor monitorizados con un catéter arterial radial deberían beneficiarse de la monitorización del gasto cardíaco con una técnica de contorno de pulso sostenible.
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Referencias
- Michard F, Romagnoli S, Saugel B. Make my hemodynamic monitor GREEN: sustainable monitoring
solutions. Br J Anaesth 2024; Online ahead of print ↩︎ - Michard F, Futier E, Desebbe O, et al. Pulse contour techniques for perioperative hemodynamic monitoring:
A nationwide carbon footprint and cost estimation. Anaesth Crit Care Pain Med 2023, 42:101239. ↩︎
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