La pulsioximetría es la técnica que estima, de forma no invasiva, el porcentaje de hemoglobina (Hb) saturada de oxígeno (lecho arterial). Esta determinación, salvo en valores extremos (< 90% o 100%), se correlaciona con aceptable fiabilidad con la presión arterial de oxígeno, lo que permite conocer, de forma continua y segura, el aporte de oxígeno a los tejidos, dosificar la administración de oxigenoterapia y valorar su respuesta en el paciente.
Se fundamenta en la capacidad de la hemoglobina para absorber luz a diferente longitud de onda, según esté reducida o saturada de oxígeno. Requiere un sensor cutáneo, con un emisor de luz y un receptor contrapuesto, para cuantificar la absorción lumínica por los tejidos y su cambio tras cada latido arterial, calculando así el porcentaje de oxihemoglobina.