En el antiguo paleolítico, el ser humano podía ser víctima de innumerables amenazas, cualquier ruido podía alertar de un posible depredador. En ese mismo momento aumentaba el ritmo cardíaco, las pupilas se dilataban para mejorar la visión y la respiración era más agitada. El rendimiento aumentaba, estando preparado para el ataque o la huida.
Actualmente los motivos han cambiado, pero en situaciones de estrés o riesgo, los mamíferos continuamos generando de forma natural hormonas producidas por las glándulas internas del sistema endocrino, estás hormonas reciben el nombre de catecolaminas.
Las catecolaminas son vasoconstrictores destinados a mantener el aporte de oxigeno por encima del umbral crítico y aumentar la presión arterial media a niveles que permitan una apropiada distribución del gasto cardiaco y lograr una adecuada perfusión orgánica. Siendo las responsables de preparar al cuerpo para afrontar este tipo de situaciones.
Estas hormonas son producidas de forma natural por el propio cuerpo, pero también pueden administrarse como tratamiento para influir en el sistema cardiovascular con el objetivo de mantener una presión sistémica adecuada, para una suficiente perfusión tisular.
Es importante prestar atención a la presión media arterial, ya que, si esta disminuye por debajo del rango de autorregulación de un órgano, podremos encontrarnos una isquemia tisular o un fallo orgánico.
Para este cometido las catecolaminas más utilizadas son:
Agentes vasopresores
Son los fármacos más recomendados cuando se necesita mejorar la vasoconstricción cardiaca y la disponibilidad de oxígeno en el organismo. Causando un aumento de la presión arterial.
Dopamina
La dopamina es una amina natural segregada por el organismo de forma natural, que antecede a la norepinefrina.
Puede actuar sobre el corazón y en su contractibilidad aumentando la resistencia vascular periférica.
Un exceso o un descenso de la dopamina en el organismo puede derivar en graves complicaciones. Tales son los riesgos en la infusión de dopamina, que en las guías clínicas de países como Francia o Alemania ha dejado de estar indexada como una opción terapéutica, y en las guías que aparece no se presenta como la primera opción.
Noreperifina o noradrenalina
La noreperifina o noradrenalina es un amina endógena producida por la médula suprarrenal y las terminaciones de las fibras nerviosas posganglionares.
Está considerada uno de los vasopresores más potentes.
Adrenalina o epinefrina
La adrenalina o epinefrina es una catecolamina endógena secretada por la médula adrenal.
El empleo de esta catecolamina estaría únicamente justificado en pacientes con shock cardiogénico, shock anafiláctico o shock distributivo, siempre que con el empleo de otros agentes vasopresores no estabilicen sus condiciones hemodinámicas.
Fenilefrina
La fenilefrina es un vasopresor indicado para el shock espinal y la pérdida del tono vasomotor inducido por la anestesia.
Vasopresina
La vasopresina es un anima endógena indicada para restaurar el tono vascular en los estados de shock con vasoplejia.
Terlipresina
La terlipresina es un análogo sintético de acción prolongada de la vasopresina, cuyos efectos hemodinámicos resultan similares a los observados durante la infusión de vasopresina en el shock séptico.
No obstante, la terlipresina tiene una mayor afinidad por los receptores vasculares que la vasopresina, considerándose la vasopresina 80 veces más potente en la mediación de vasoconstricción.
Agentes inotrópicos
Son sustancias que poseen efectos sobre la contractilidad cardiaca.
Dobutamina
La dobutamina es una catecolamina sintética utilizada, en general, en adición con agentes vasopresores. En esta situación se observa un aumento del índice cardiaco, de la disponibilidad de oxígeno y de la captación del mismo.
Está considerada la droga inotrópica gold standard para el tratamiento del shock séptico, por su gran efectividad en estos casos.
Isoproterenol
El isoproterenol disminuye la presión arterial y redistribuye el flujo sanguíneo hacia la piel y el músculo a expensas del cerebro y del corazón.
Tiene escasa indicación en el manejo agudo del paciente crítico, excepto para el tratamiento temporal de pacientes con bradicardia con repercusión hemodinámica.
Inhibidores de la fosfodiesterasa
Los inhibidores de la fosfodiesterasa están recomendados para casos de insuficiencia cardiaca aguda.
Levosimendan
Se trata de un agente inotrópico indicado en pacientes con insuficiencia cardiaca con bajo gasto cardiaco secundaria a una disfunción sistólica sin hipotensión severa.
En las Unidades de Cuidados Intensivos es común que algunos pacientes precisen la administración de catecolaminas. Incluso llegando a necesitar la administración simultánea de agentes vasopresores e inotrópicos durante su estancia.
En este articulo hemos realizado un recorrido alrededor de las diferentes catecolaminas que se suelen administrar con el fin de aumentar la presión arterial en el caso de los agentes vasopresores y mejorar la función miocárdica en el caso de los agentes inotrópicos. Con el fin de esclarecer los usos de las diferentes drogas vasoactivas disponibles.
Los profesionales se encuentran constantemente debiendo administrar agentes vasopresores y vasodilatadores que permitan conseguir un equilibrio entre los mismos, en escenarios en los que el cuerpo no es capaz de mantener este equilibrio de manera endógena. Dependiendo del escenario clínico, el profesional seleccionará una solución u otra para la recuperación del paciente.
Interesante, y gracias x los articulos.