La nutrición enteral es una técnica de soporte nutricional que consiste en administrar nutrientes directamente en el tracto intestinal mediante sonda [1]. Constituye la técnica más utilizada y recomendada en la asistencia nutricional intensiva. A este hecho han contribuido el conocimiento reciente de las grandes ventajas fisiológicas que posee, su menor coste y el desarrollo de nuevas fórmulas enterales [2].
Debido a las grandes ventajas que ofrece el sistema de nutrición enteral, pacientes que recibían nutrición parenteral tradicionalmente comienzan a adoptar el modelo enteral de forma temprana. Además, con frecuencia, las posibles complicaciones que podrían derivarse del proceso de alimentación se ven minimizadas debido a sus óptimas características [2].
Sin embargo, el sistema de nutrición enteral no está exento de complicaciones. Uno de los principales problemas del sistema son las consecuencias infecciosas derivadas de la contaminación de la fórmula enteral -entre el 30 y el 90% de los preparados enterales se contaminan-. Estas afectan en mayor intensidad a los pacientes prematuros, pacientes inmunodeprimidos y críticos en unidades de cuidados intensivos [1,2].
Así como las complicaciones infecciosas relacionadas con la administración parenteral han sido recogidas, descritas e investigadas, no ha ocurrido lo mismo en el caso de la nutrición enteral. No obstante, diversos estudios han demostrado que la administración de dietas enterales con contaminación bacteriana puede tener consecuencias que van desde cuadros infecciosos digestivos hasta afecciones sistémicas como septicemia [3].
Contaminación de la nutrición enteral: ¿Cuándo?
Se han descrito complicaciones graves como neumonía por Klebsiella pneumoniae debido a la administración del preparado enteral infectada por este microorganismo; y bacteriemias por Enterobacter cloacae [2]. Además, estas complicaciones infecciosas también tienen como consecuencia un aumento significativo del periodo de hospitalización, con el coste asociado que esto implica.
La contaminación de la fórmula de nutrición enteral puede tener origen exógeno o incluso endógeno. Los preparados deben de ser manipulados por diversos motivos con lo que el riesgo de contaminación aumenta cuanto mayor es el número de manipulaciones [3]. Puede ocurrir en cualquier punto de la producción, preparación, almacenamiento, mantenimiento y administración de la fórmula [1]. La contaminación se puede dar por el uso de utensilios inadecuados, una manipulación incorrecta, la reutilización de contenedores… [2]
Cómo evitar la contaminación
Por ello, el proceso de manejo de la nutrición enteral debe de ser preciso y cuidado.
Preparación y almacenamiento:
Durante el proceso de preparación de la fórmula enteral los mayores puntos de riesgo se encuentran en la unidad dietética /Biberonía y en la unidad de cuidados al paciente. Se deben fomentar técnicas seguras para la preparación y conservación de los alimentos.
Las fórmulas preparadas en planta tienen un alto riesgo de contaminación; las elaboradas en ambiente estéril conservan sus características durante un tiempo mayor sin riesgos de contaminación del preparado. Las fórmulas líquidas que se introducen en contenedores (preferiblemente con tapón de rosca) aumentan el tiempo de mantenimiento en temperatura ambientes.
En el caso de la leche materna, la preparación de la nutrición enteral debe de realizarse en un ambiente esterilizado. La fórmula debe quedar recogida en un contenedor sellado herméticamente y el acceso al área de almacenamiento debe tener un control estricto [1,4]
Administración:
Para prevenir la contaminación se recomienda cambiar la fórmula cada 4 horas. Con fórmulas líquidas el cambio puede realizarse hasta las 24 horas. Siempre que los recipientes de nutrición enteral se encuentren abiertos deben mantenerse refrigerados, aunque es preferible que se utilicen las fórmulas directamente desde su envase. La dieta debe de conservarse en un lugar limpio y oscuro con una temperatura entre 15º a 25º, evitando temperaturas extremas [1,4].
Higiene
En un estudio realizado por Guenthner se determinó que en el 44% del cultivo de manos realizado al personal de enfermería de la UCI se encontraban bacterias. Los protocolos de asepsia e higiene muy importantes para evitar las posibles contaminaciones. Por ello, durante la manipulación de la nutrición enteral se exige: lavarse las manos antes y después de cada actividad de cuidado al paciente, poner en practica las recomendaciones universales de la OMS, uso de guantes y cambios en el equipo de cuidados del paciente según el protocolo del centro [3,4].
Formación:
La nutrición enteral debe de realizarla un profesional cualificado. Sin embargo, para el control de las infecciones existe una necesidad de educación y entrenamiento a los pacientes y/o cuidadores con el objetivo de conseguir una nutrición eficaz, reducir al máximo las complicaciones y favorecer a la posible independencia de los pacientes.
El Sistema Nacional de Salud en su Guía 2008 sugiere que el programa de educación comprenda: conocimientos sobre el motivo de la infección, cuidados en la vía de acceso, manipulación y almacenaje de la fórmula, mantenimiento del equipo de administración, entre otras recomendaciones.
Recomendaciones de material
La Coalición Nacional de Salud Infantil de Estados Unidos (NCFIH) advierte que el diseño del cono de la sonda de nutrición aumenta el riesgo de infección si queda fórmula en el depósito por la dificultad de la limpieza de este. Por ello, en el tratamiento de administración de nutrición enteral se recomienda el uso de sondas de pequeño calibre y asegurarse de mantener limpio el punto de conexión [4].
Se recomienda que el contendor de la fórmula enteral esté completamente cerrado con un tapón de rosca el uso de sistema cerrado para la administración de la alimentación [1,3]
Existe un creciente interés del personal sanitario en la administración de la Nutrición Enteral, la contaminación de las fórmulas y las complicaciones técnicas, sin embargo, es necesario fortalecer los protocolos de trabajo con el fin de evitar los riesgos y mejorar el coste/eficiencia de estos.
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Bibliografía:
[1] Lama, R. Nutrición Enteral. Revisado 20 Octubre 2019, en https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/5-nutricion_enteral.pdf [2] Klaassen, J., García, P., Maíz, A., & Campano, M. (2002). Mecanismos de contaminación de las fómulas para nutrición enteral. Scielo: Revista Chilena De Infectología, 19 (2). Revisado en: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-10182002000200001 [3] Lalueza, M., Rodríguez, V., Robles, A., & Fontán, C. (2019). Contaminación de nutriciones enterales en paceintes críticos. Validación del proceso de manipulación. Elsevier, (23). Revisado en: https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-hospitalaria-121-articulo-contaminacion-de-nutriciones-enterales-en-13005175 [4] Zúñiga, L., Rodríguez, M., & Hernández, T. (2017). Cuidados al paciente con nutrición enteral (NE). Gerencia de Atención Especializada de Medina del Campo. Revisado en: https://www.saludcastillayleon.es/investigacion/es/banco-evidencias-cuidados/ano-2017.ficheros/1204875-2017%20Protocolo_%20Nutricion%20enteral-%20envidencia.pdf [/accordion]
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