La fluidoterapia es fundamental para la supervivencia de muchos pacientes críticos, pero sin una cuidada evaluación y seguimiento, puede resultar en graves consecuencias. Por ello, es importante preguntarse porqué la administración de líquidos puede influir en los resultados quirúrgicos.
En este caso, tanto la hipovolemia como la hipervolemia pueden aumentar la morbilidad, por lo que el principal objetivo durante la cirugía debe ser mantener la normovolemia y garantizar un aporte adecuado de oxígeno, evitando así complicaciones.
Es en este punto donde surgen dos cuestiones importantes:
¿Cómo pueden los médicos controlar la cantidad de fluidos durante la hemorragia?
¿Hay un lugar para la monitorización hemodinámica avanzada como rutina durante el sangrado?