Los errores y malas prácticas en la gestión del catéter midline son una causa frecuente de complicaciones tanto tempranas como tardías. Estas complicaciones no solo afectan la eficacia del tratamiento, sino que también pueden generar incomodidad y preocupación en los pacientes.
A continuación, analizaremos los errores más comunes en la gestión del catéter midline para poder identificarlos precozmente e, incluso, evitar que se produzcan.
malas prácticas en la gestión del sangrado
Durante la inserción de un catéter se lleva a cabo una técnica que implica traumatismo, resultado de la punción y dilatación, lo cual puede dar lugar a sangrado precoz, tardío o persistente si no se maneja adecuadamente.
Si las medidas preventivas no se aplican de manera efectiva y el estado de coagulación del paciente no es óptimo, el riesgo de sangrado aumenta significativamente. Esto puede resultar en un punto de inserción que no cicatriza correctamente, favoreciendo la humedad recurrente que, a su vez, promueve la proliferación de microorganismos.
Además, una gestión inadecuada del sangrado también puede impactar en la eficacia a largo plazo del catéter midline, comprometiendo su funcionalidad. Todo ello, añadido a la incomodidad del paciente.