La medicina europea en el siglo XVII contaba con teorías de más de 1.500 años de antigüedad, convertidas en dogmas que, por respeto o miedo, nadie se atrevía a refutar. Las investigaciones del doctor William Harvey, derribaron muchas de estas creencias.
En aquellos años, gran parte del conocimiento médico provenía de Galeno, un médico griego del siglo II d.C.
Las contribuciones de Galeno a la medicina son indudables, al igual que Harvey, rompió teorías mantenidas durante siglos.
No obstante, con el paso de los años todo avanza, y en los siglos XVI y XVII, los métodos científicos fueron evolucionado. Lo cual contribuyó a que unos cuantos atrevidos desafiaran dogmas de la época.
La circulación sanguínea antes de Harvey
El corazón siempre ha estado en el centro de todas las investigaciones científicas relacionadas con la compresión de la anatomía.
En el siglo IV a. C., el filósofo griego Aristóteles, identificó al corazón como el órgano más importante del cuerpo. En sus investigaciones, observó que era el primer órgano que se formaba en los embriones de aves.
Aristóteles también habló del corazón como fuente de calor, ideas reafirmadas posteriormente por Galeno. Además, Galeno fue más allá, describió minuciosamente su fisionomía y desarrolló teorías sobre la expansión y contracción de este:
La complejidad de las fibras (del corazón) […] fue preparada por la Naturaleza para realizar una variedad de funciones […] agrandando cuando lo desea para atraer lo que es útil, agrupando su contenido cuando es hora de disfrutar de lo que ha sido atraído, y contrayéndose cuando desea expulsar los residuos.
Galeno no solo aportó conocimiento sobre el corazón, sino también formuló las teorías sobre circulación sanguínea que se mantendrían hasta siglo XVII.
Según dichas hipótesis, la sangre venosa se formaba en el hígado a partir de alimentos digeridos, la cual era transportada por las venas proporcionando a los tejidos el alimento necesario.
Para Galeno la sangre:
Goteaba continuamente del hígado, como el agua que baja de una fuente, y luego iba a la periferia a través de las venas y alimentaba todos los tejidos.
Toda esta sangre en vez de regresar a un órgano donde reciclarse, era absorbida en su totalidad por los tejidos y según esta teoría, el hígado debía reponerla continuamente.
Nuevas teorías
Tanto científicos europeos, como asiáticos o árabes habían expuesto correctamente la circulación mucho antes que Harvey; no obstante, no fue hasta su exhaustiva investigación cuando se rompió con las concepciones expuestas por Galeno.
En Europa, ya en siglo XVI, se comenzaban a cuestionar los escritos de Galeno. Uno de los médicos pertenecientes a esta corriente, fue el doctor español Miguel Servet.
Servet fue el descubridor de la circulación pulmonar. Evidenció que la sangre llega al corazón cargada de dióxido de carbono proveniente de las diferentes partes del cuerpo. Una vez allí, el corazón la impulsa hacia los pulmones, donde se produce el intercambio de gases. Tras oxigenarse, vuelve al corazón y allí es bombeada al resto del cuerpo.
Por su parte, en la Europa Occidental, el anatomista belga Andreas Vesalius, también puso de manifiesto algunos defectos en la descripción anatómica del corazón llevada a cabo por Galeno, como la concepción de que los grandes vasos sanguíneos nacían del hígado.
William Harvey
El escepticismo creciente acerca de las teorías de Galeno y la senda abierta por científicos predecesores tuvo gran influencia en Harvey.
William Harvey nació en Folkestone, Kent, Inglaterra, el 1 de abril de 1578. Hijo de Tom Harvey y Joan Hawke, fue el mayor de ocho hermanos. Su padre era comerciante y su buena posición económica le permitió una selecta formación para su hijo, quien desde muy pequeño mostró un especial interés por las artes y la medicina.
Tras formarse en centros como King’s School en Canterbury, la Universidad de Cambridge o la Universidad de Padua, regresó a Inglaterra. Allí comenzó a introducirse en el mundo de la medicina y la enseñanza.
En 1607 se convirtió en miembro del Royal College of Physicians, y en 1609 fue nombrado médico del Hospital St. Bartholomew en Londres.
La relevancia de Harvey en la sociedad no paraba de crecer siendo nombrado en 1618 médico real, al servicio de Jacobo I, así como de su sucesor, Carlos I.
Harvey y la circulación sanguínea
Harvey era curioso y tenía múltiples intereses: la filosofía, la literatura o el arte formaban parte de su vida y formación. No obstante, sus investigaciones se centraron, principalmente, en el movimiento del corazón y la sangre.
William fue un científico minucioso en sus investigaciones, sólo aceptó conclusiones basadas en la evidencia de experimentos repetidos.
Tanto fue así, que su obra “Exercitatio anatomica de motu cordis et sanguinis in animalibus”, donde trata la circulación sanguínea, no se publicó hasta 1628, cuando él tenía 50 años.
Este pequeño manuscrito de tan solo 70 páginas cambiaría la historia de la medicina.
El volumen fue recibido con enorme escepticismo por la sociedad de la época, llegando a ser apodado su autor como “circulator”, palabra que antiguamente describía al “charlatán” o “embaucador”.
Sin embargo, sus teorías han perdurado hasta la actualidad.
En este libro se muestra la evidencia de que la sangre se mueve por todo el cuerpo de forma circular.
Harvey fue un revolucionario, se enfrentó a las teorías galenas, que por aquel entonces habían conquistado todas las universidades y se consideraban verdades irrefutables.
Para poder romper con tantos años de tradición hubo que explorar el funcionamiento del corazón y la fisionomía de las venas y arterias, y a partir de ahí, resolver el comportamiento de la sangre.
La observación del latir de corazones de animales le mostró cómo este órgano, y no el hígado, funciona como una bomba que expulsa la sangre que circula por todo el organismo a través de las venas.
El corazón como bomba
En la primera parte del libro, Harvey expone el movimiento del corazón, el cual se llena pasivamente y se contrae activamente.
En sus investigaciones pudo comprobar que durante la fase activa del movimiento el corazón bombeaba sangre, este movimiento síncrono, a su vez, era el responsable del pulso en las arterias.
Circulación sanguínea
Una vez identificada la sístole como fase activa del bombeando, tuvo que demostrar lo más complejo: que la circulación sanguínea era circular.
Para explicar su hipótesis presenta un razonamiento consecutivo y sencillo, calculando el volumen de sangre que circula por el cuerpo en un tiempo determinado.
El ventrículo izquierdo, cuya capacidad mínima es de una onza y media de sangre, expulsa a la arteria aorta, en cada contracción, al menos la octava parte de la sangre que contiene. Esto significa que cada media hora fluyen desde el corazón más de 3.000 dracmas de sangre. Según estos cálculos el hígado debería producir alrededor de 250 litros de sangre cada hora a partir del alimento ingerido, algo imposible que desmontaba la teoría galénica.
Pensé mucho y muy seriamente, y durante mucho tiempo me había dado cuenta de cuán grande era la cantidad, es decir, cuán grande era la cantidad de transmisión la sangre y en cuánto tiempo se efectuaría esa transmisión …Comencé a pensar en privado que podría tener cierto movimiento, por así decirlo, en un círculo… – Exercitatio Anatomica de Motu Cordis et Sanguinis in Animalibus (Capítulo 8).
Aunque, llegados a este punto ya quedaba demostrado que el corazón era el responsable de expulsar la sangre que alimentaría a todos los tejidos, todavía faltaba por evidenciar el comportamiento circular de la misma.
De la descripción de las válvulas venosas a la circulación sanguínea
Hieronymus Fabricius fue el primero en describir los pliegues membranosos presentes en las venas, los cuales llamó «válvulas«, aunque no definió su función.
Fabricius fue profesor de Harvey en la Universidad de Padua e inspiró los estudios de este, quién ampliaría su investigación mediante varios experimentos demostrando la utilidad de las mismas.
Para ello utilizó trabajadores agrícolas musculosos, sus grandes venas le permitían conocer más fácilmente la dirección de la sangre.
Les colocó un torniquete alrededor del brazo e intentó vaciar las venas con el dedo. Observó que siempre se llenaban desde la parte distal hasta la proximal del brazo y no al revés, lo cual significaba que la sangre fluye desde la mano hacia el hombro.
Realizó este mismo experimento en el cuello y pudo percibir todo lo contrario. Así concluyó que la sangre en las venas siempre fluía hacia el corazón, y para que así fuera, era necesario, que las venas contarán con válvulas capaces de evitar el retroceso de la sangre.
El gran descubrimiento médico del siglo XVII
Las demostraciones de Harvey dieron un vuelco al conocimiento anatómico de la época, por fin se había descubierto la circulación sanguínea y el gran papel del corazón en esta. Científicos posteriores tendrían en cuenta sus investigaciones como base y ampliarían su obra incluyendo etapas del proceso, como los capilares.
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