La primera definición de la sepsis se realizó en 1980 y se basaba en el concepto de Respuesta Inflamatoria Sistémica (SIRS). A pesar de los avances y nuevas definiciones que se han aportado a lo largo de los años, fue entonces cuando se establecieron las bases del tratamiento del paciente séptico.
La sepsis es una de las enfermedades más graves y con mayores tasas de mortalidad que existen, y aunque normalmente el elemento desencadenante es una bacteria (en el 85% de los casos), los parásitos, los hongos o un virus como el ébola o el coronavirus también pueden desencadenar en esta terrible patología.
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