Cuidados centrados en el desarrollo: una herramienta para aumentar la seguridad neonatal en las UCIN

Por Rosario Ros

16 Dic, 2025

Las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) son entornos altamente especializados donde se atiende a los pacientes más vulnerables: los recién nacidos, especialmente los prematuros. Estos pequeños no solo enfrentan el reto de sobrevivir, sino también el desafío de desarrollarse en condiciones óptimas. En este contexto, la seguridad del paciente se convierte en una prioridad absoluta. Sin embargo, garantizarla no es sencillo: la complejidad tecnológica, la carga asistencial y la fragilidad de los neonatos aumentan el riesgo de errores y eventos adversos.

U

El Método Madre canguro (MMC): tratamiento fundamental en el RNPT

¿Por qué la seguridad neonatal exige un enfoque específico?

La seguridad del paciente neonatal requiere un esfuerzo proactivo y constante para reducir el riesgo de generar daños innecesarios hasta un mínimo aceptable, en función de los conocimientos del momento, los recursos disponibles y el contexto en el que se presta la acción. Eliminar el riesgo completo en las Unidades es complicado, pero podemos y debemos esforzarnos para minimizarlo lo máximo posible.

En las UCIN confluyen tres vectores de riesgo: (1) factores individuales (relacionados con los profesionales: carga laboral excesiva, fatiga, falta de experiencia, comunicación ineficaz…); (2) factores del sistema (procesos inadecuados, tecnología, fallos en la interoperabilidad en las historias y sistemas de registros, entorno físico deficiente y cultura de seguridad); y (3) factores del paciente, con especial vulnerabilidad en prematuros y muy bajo peso al nacer.

Los prematuros—y muy especialmente los < 1.500 g—presentan una inmadurez multiorgánica que deriva en altas tasas de morbilidad y mortalidad estancias prolongadas, múltiples procedimientos y elevada dependencia tecnológica. Además, su incapacidad para comunicar síntomas y malestar elimina una barrera natural para la detección de errores, aumentando la exposición a incidentes y eventos adversos.

La comunicación clínica—en relevos, traslados intra/interhospitalarios, interconsultas y altas—es un punto crítico: el manejo inadecuado de la información está detrás de una gran parte de los eventos adversos, lo que obliga a estandarizar los traspasos con herramientas estructuradas.

Incidentes o errores relacionados con la seguridad del paciente

Dentro de los eventos o circunstancia que ha producido o podría haber producido un daño innecesario a un paciente, encontramos distintos tipos de incidentes:

  • Cuasi incidente: No llega al paciente.
  • Incidente sin daño: Llega al paciente, pero no le causa daño aparente.
  • Evento adverso: Llega y le causa daño.

Los errores de medicación son especialmente frecuentes: el circuito farmacoterapéutico (prescripción, transcripción, dispensación, preparación y administración) involucra múltiples profesionales y operaciones; a ello se suman cálculos complejos, formulaciones no adaptadas y material no específico en edad neonatal. En consecuencia, la frecuencia de errores en neonatología puede multiplicar por ocho la del adulto. Estos errores asistenciales pueden ser de gran impacto:

  • Consecuencias graves para pacientes y familias
  • Coste asistencial y económico muy elevado
  • Erosionan la confianza de los usuarios del sistema
  • Dañan a instituciones y profesionales sanitarios

Los sistemas de alimentación oral y de perfusión IV deben estar claramente identificados y ser distinguibles. Además, se deben utilizar dispositivos específicos que constituyan una barrera física que imposibilite que el medicamento se administre por la vía equivocada.

Las infecciones nosocomiales (p. ej., bacteriemia asociada a CVC) constituyen un riesgo mayor en RN de muy bajo peso. Estas infecciones no solo aumentan la morbilidad, sino que también son causa  de un porcentaje sustancial de fallecimientos tras la primera semana de vida; su incidencia decrece conforme aumentan peso y edad gestacional

¿Qué son los Cuidados Centrados en el Desarrollo?

Los CCD constituyen un enfoque de atención integral e individualizada en las unidades neonatales, orientado a mejorar el neurodesarrollo y a fortalecer el vínculo con la familia, asumiendo que son pilares del bienestar y el correcto crecimiento del recién nacido.

Entre sus objetivos destacan: individualizar la atención (adaptándola a las necesidades fisiológicas y conductuales de cada niño), reconocer las señales y límites del RN, actuar sobre el entorno físico/psicológico para reducir el estrés y promover la participación familiar, fortaleciendo el vínculo y el empoderamiento  de madres y padres. Para alcanzar estos objetivos, se precisa formación específica tanto para los profesionales como para las familias.

La literatura científica actual subraya beneficios. A corto plazo (menor duración de la estancia hospitalaria, menos complicaciones, optimización de los patrones de sueño, mejor manejo del dolor y del estrés, mejores tasas de lactancia materna, mayor práctica del método canguro y mayor percepción de apoyo) y a largo plazo (mejor desarrollo cerebral, resultados de desarrollo y comportamiento, bienestar y salud mental parental).

Intervenciones sobre CCD:

  1. Cuidados del ambiente
  2. Cuidados de la posición
  3. Manejo del dolor
  4. Protección del sueño
  5. Contacto piel con piel (MMC)
  6. Acceso libre 24h a familias
  7. Apoyo psicológico a familias
  8. Apoyo a la lactancia materna

Del desarrollo a la seguridad

La implementación efectiva de los CCD es clave para la seguridad neonatal, pues sus intervenciones pueden llegar a actuar como medidas preventivas que reducen factores de riesgo relacionados con el complejo entorno de UCIN:

  • Menos manipulaciones, menos errores: La agrupación de cuidados evita estímulos innecesarios y el número de intervenciones. Disminuyendo incidentes críticos, como el riesgo de desconexiones y de desplazamientos de catéteres, así como respuestas fisiológicas adversas.
  • Menos estímulos estresantes y control del dolor. La estabilidad del RN—lograda con un ambiente protector—actúa como escudo que reduce la necesidad de intervenciones urgentes y, por tanto, la probabilidad de equivocaciones en situaciones de estrés.
  • Control del entorno (ruido y alarmas): Reducir el ruido mejora la concentración del equipo y puede disminuir errores de medicación; además, programar adecuadamente alarmas evita la desensibilización por exceso de avisos y mejora la respuesta a eventos relevantes.
  • Participación de madres y padres 24/7: Cuando la familia conoce el comportamiento del bebé y sus señales de alarma, puede detectar cambios sutiles y alertar al equipo de manera temprana, añadiendo una capa adicional de seguridad.
  • Menos días de ingreso, menor exposición al riesgo: La probada asociación de CCD con estancias más cortas reduce de manera indirecta la exposición acumulada del RN a infecciones nosocomiales, errores asistenciales y otros efectos adversos relacionados con la hospitalización.

Medidas prácticas para una UCIN segura

Para implementar CCD y mejorar la seguridad neonatal, se recomiendan:

  • Checklist y bundles para estandarizar procesos y evitar omisiones.
  • Higiene de manos como medida fundamental contra infecciones.
  • Dispositivos diferenciados para vías oral e intravenosa, evitando errores fatales.
  • Acceso libre de las familias y apoyo psicológico.
  • Comunicación estructurada mediante herramientas como SBAR e IDEAS.
  • Formación continua y simulación clínica, incluyendo simulación in situ para entrenar en entornos reales y detectar riesgos latentes.
  • Indicadores de seguridad para monitorizar resultados y establecer mejoras.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Share This