La crisis causada por la COVID-19 ha obligado a los hospitales de nuestro país a tomar una serie de medidas y realizar un conjunto de cambios de forma inmediata y en tiempo récord. Todos nuestros sanitarios han actuado con urgencia ante esta emergencia sanitaria con el objetivo de garantizar la seguridad de las personas a las que tratan.
Este ha sido el caso del paritorio del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, en el que se han tenido que llevar a cabo cambios estructurales y de protocolos. Hablamos con Mª Victoria Manzanal, supervisora del paritorio del centro hospitalario.
Existe una preocupación o miedo, por parte de las mujeres embarazas, en esta situación de alarma a contraer el virus o a ponerse de parto durante el estado de emergencia
Yo creo que las embarazadas tienen el miedo propio del parto: el miedo a lo desconocido, a que todo salga bien. Ahora se añade el miedo a contraer el virus en el hospital.
En nuestro caso, al ser un hospital Materno-Infantil, que es un edificio aislado, parece que ese miedo es menor. Además, nos han derivado partos del todo el sudeste de Madrid y nos hemos convertido en un hospital de referencia para los partos. Yo creo que esto también les da un poco de tranquilidad a las embarazadas.
La enfermedad se está estudiando al mismo tiempo que se desarrolla y son muchas las dudas que se plantean, ¿las mujeres embarazas presentan más riesgos que otro paciente al contraer la enfermedad?
Las embarazadas pertenecen a uno de los grupos de riesgo y de especial vulnerabilidad. Las mujeres embarazadas experimentan cambios inmunológicos y fisiológicos que las pueden hacer más sensibles a enfermedades respiratorias y virológicas como puede ser la COVID-19.
¿Esto, influye, entonces, en que la madre puede transmitir la enfermedad al niño?
La transmisión vertical no está demostrada. De hecho, los Recién de madres COVID-19 positivas, en nuestro hospital, han dado todos negativos en las pruebas. Y, además, parecen que no están descritos casos de bebés positivos.
Los protocolos en los hospitales se han visto modificados en todos los aspectos, también en el caso de las mujeres embarazas que llegan de parto. ¿Qué medidas se están siguiendo para salvaguardar la seguridad de la paciente y los profesionales?
Cuando la paciente llega al servicio de urgencias, se le da una mascarilla. Cuando, esta, pasa a la zona de triaje, que es donde el profesional le pregunta por los síntomas o el motivo por el que ha acudido al hospital, el profesional también está dotado con una mascarilla.
Lo primero que se la hace es una toma de la temperatura, con un termómetro digital. Si algunos de los síntomas descritos por la paciente nos hacen sospechar sobre alguna patología respiratoria lo que hacemos es enviarla a un box de aislamiento donde se hacen las pruebas necesarias. En este box, está acompañada de un familiar en el que, también, se le da una mascarilla y se le advierte sobre la necesidad de la higiene de manos.
Si es una embarazada, que no está de parto, y hay una sospecha o se confirma que tiene COVID-19 positivo y tiene una patología que necesita ingreso, hemos habilitado en una de e las plantas, cuatro habitaciones aisladas para este tipo de pacientes. Si no cumple criterios de gravedad, se le da el alta en su domicilio, reiterando las pautas de precaución y se le pide una cita para una consulta virtual. De ese modo, se la hace un seguimiento a través de esa consulta.
Si la paciente con COVID 19 está de parto tenemos un paritorio habilitado pasa casos de COVID Positivo. Este presenta las mismas condiciones que el resto, pero el material no está dentro del paritorio. Lo vamos metiendo dentro de la sala de partos, poco a poco, a media que se necesita, con el objetivo de que no se contamine. Pero, todo lo demás es exactamente igual que en un paritorio normal.
Además de estos cambios de protocolo y de las modificaciones en el paritorio que nos comentas, ¿se han implementado las medidas de seguridad durante a la atención al parto?
Siempre que atendemos a un paciente COVID-19 positivo utilizamos un equipo de protección individualizada, con nuestras mascarillas, nuestras pantallas, vamos completamente protegidos.
En algunas Comunidades se ha prohibido la entrada al parto a los padres u otros allegados elegidos por la mujer para acompañarla en este proceso, algunas matronas se han manifestado y han asegurado que “las mujeres tienen derecho a una experiencia de parto segura y positiva, tengan o no una infección por Covid-19”. ¿Qué medida se ha tomado en su hospital a este respecto y qué opinión le merece la prohibición por algunas comunidades?
Nosotros no lo hemos prohibido. Autorizamos el paso de un familiar, el que la mujer elija por ser su derecho, porque entendemos que ese familiar ya está conviviendo con la paciente.
La paciente se siente mucho más segura y, su pareja, que es generalmente quien entra en el paritorio, compartir un momento tan importante es algo que debemos cuidar y respetar.
Además, nos sirve de ayuda, porque la paciente está con su familiar en el paritorio y si, necesita algo, nos sirve de interlocutor, a pesar de que disponemos de una monitorización centralizada de los paritorios que nos permite ver desde fuera el estado del bebé y de la paciente.
También, hay que prestar especial atención y medidas durante el nacimiento del niño. Antes hemos comentado que no se puede producir esa transmisión de la enfermedad vertical, pero si una vez se ha producido el parto
Nos otros los que hacemos, es avisar al neonatólogo para que valore al bebé. Si el estado de la madre y del bebé es normal, no les separamos al nacer. Nos aseguramos de que la madre disponga de una mascarilla puesta, para evitar la transmisión horizontal; y, antes, de hacer la piel con piel, la zona de contacto se limpia para asegurar la higiene.
Esto se debe, a que los contagios que ha habido de los recién nacidos han sido a posteriori, no dentro del útero. Por eso tenemos cuidado con el aislamiento del contacto.
Tras el nacimiento, ¿cómo es el seguimiento del niño de una madre infectada con coronavirus?
Normalmente si, el estado de la madre lo permite, se le da el alta a las 24-48h. Tenemos una enfermera de enlace que se pone en contacto con el centro de salud: si la madre requiere cuidados domiciliados, la matrona del centro de salud se desplaza hasta el domicilio; si no se hace consulta telefónica.
En este caso, el responsable de llevar al centro de salud al recién nacido es un familiar. Y el seguimiento se hace en atención primaria.
¿Habéis tenido dificultades a la hora de poner en marcha los cambios necesarios para adaptaros a estos protocolos?
Nos hemos visto obligados a reinventarnos. Nosotros estamos trabajando con siete paritorios, que era lo que necesitábamos para nuestra población y, ahora, hemos tenido que habilitar dos paritorios más. Esto se debe a la necesidad de dedicar uno de forma exclusiva a las pacientes con COVID y al verse aumentada nuestra población al ser responsables de todos los partos del sudeste de Madrid.
Teníamos un paritorio que dedicábamos a la formación, era un paritorio virtual y, ahora, es un paritorio normal, porque necesitamos un sitio de asistencia. Teníamos otro paritorio que utilizamos para realizar la piel con piel, que también lo hemos habilitado.
Hemos tenido mucha suerte, porque hace poco habíamos cambiado las camas de parto y habíamos guardado algunas de las antiguas que estaban en buenas condiciones. Esto nos ha permitido acondicionar estos dos nuevos paritorios, hemos comprado más material que necesitábamos, hemos podido contratar más personal. No hemos tenido dificultades. Hemos salido muy bien adelante en esta situación.
Hemos tenido que hacer un esfuerzo, pero lo hemos conseguido.
En el Gregorio Marañón, además, os habéis enfrentado ante una situación nueva en España, un parto gemelar en la que la madre había dado positivo. ¿Cómo se vive este tipo de partos?
Fue un parto que resultó muy bien, fue muy emocionante y lo único que cambió con otro tipo de partos es que el personal, al ser dos bebés, prácticamente se duplica. Una de las medidas que nosotros establecemos es que se exponga el mínimo número de personal posible y, en este caso, no pudo ser así.
Pero todo salió bien, la madre estaba asintomática, tuvo un parto natural y los dos bebés nacieron perfectamente. Todo el mundo salió contento de ese parto.
Los protocolos de los que hemos hablado, ¿son comunes en los hospitales? ¿qué recomendaciones seguís para establecerlos?
Nuestro servicio de prevención del Hospital ha hecho un protocolo con las recomendaciones de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, con las del Ministerio de Sanidad, y con lo específico para el Hospital Gregorio Marañón. Yo creo que en todos los hospitales habrá sido así, también adaptándose a las necesidades específicas de cada hospital.
Una vez pase esta primera oleada, muchos dicen que vamos a tener que aprender a convivir con este virus, ¿sería necesario establecer una guía común para estar preparados en estas situaciones?
Yo creo que esto se hará, cuando pase esta crisis tan mala. Se unirán representantes de distintos hospitales con el objetivo de elaborar un protocolo común porque creo que nos hemos visto obligados a aprender todos sobre la marcha, pero habrá que ponerlo en común entre todos para valorar los aciertos y errores que hemos constatado que se han podido producir, desde que se inició la pandemia.
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