Cuando el Dr. Sven-Ivar Seldinger se encontraba en la universidad de Karolinska cursando su primer año de residencia tuvo una idea acerca de una nueva técnica de cateterización percutánea.
Este procedimiento quedaría plasmado en la reconocida Acta Radiológica de Estocolmo en el año 1953:
“me encontraba luchando con el problema de desarrollar un mejor método de cateterismo cuando tuve un severo ataque de sentido común: después de un intento fallido de utilizar esta técnica me encontré decepcionado, con tres objetos en mi mano: una aguja, un alambre y un catéter, y en una fracción de segundo me di cuenta en qué secuencia debería utilizarlos: coloco la aguja, por dentro el alambre, retiro la aguja, avanzo el catéter sobre el alambre y retiro el alambre“.
Tal como explicó Seldinger, esta técnica de cateterización venosa consistía en la introducción de una guía metálica flexible por la luz de la aguja. Posteriormente, se retira la aguja, dejando la guía dentro del vaso, disminuyendo, de esta forma, el sangrado, lo cual facilita la inserción del catéter a través de la guía. Por último, se retira la guía, quedando el catéter en el interior del vaso sanguíneo.
Tras la publicación del procedimiento, esta técnica se popularizó, siendo adoptada en todo el mundo como la técnica menos traumática y más eficaz. Aportando grandes ventajas con respecto a las técnicas utilizadas anteriormente.
Hoy en día, la técnica Seldinger se realiza con frecuencia en servicios de emergencias y en las unidades de cuidados intensivos. Pero a pesar de considerarse una de las más seguras, como a cualquier otro procedimiento, se le asocian ciertos riesgos.
Las complicaciones que podemos encontrarnos cuando colocamos un catéter mediante la técnica Seldinger son poco frecuentes. A pesar de ello, cuando se producen pueden acompañarse de altas tasas de mortalidad y morbilidad.
Los fallos más comunes relacionados con esta técnica son la punción de la vena a canalizar. Cada día es más común el uso de la ecografía para realizar una correcta punción. Siendo obligatorio en muchos países de la UE durante el procedimiento.
En un estudio realizado por Miguel A. García-Díaz y Manuel Ruiz-Castro publicado en la “International Journal Of Clinical Medicine” se pone de manifiesto la gran ventaja que supone el uso de la ecografía durante la canalización en venas axilares infraclaviculares, con una tasa de éxito del 95% en el primer intento de inserción.
La punción se verá condicionada por la elección de la vena. Las principales venas de elección son yugular y subclavia con sus respectivos riesgos en el procedimiento. Existe probabilidad de punción errónea, pudiendo ocasionarse un neumotórax o punción de carótida en el caso de la vena yugular. Es por ello por lo que la punción ecoguiada es fundamental.
La guía es el elemento fundamental para el intercambio de aguja por catéter y su material puede estar relacionado con una serie de riesgos:
El grosor de la aguja de punción
Calidad de los dilatadores
Material de la guía.
Complicaciones relacionadas con la guía del catéter:
Fallos en la guía
Curvatura de la guía
Rotura de la guía
Retención de la guía
Adherencia de la guía
Para tratar de reducir la tasa de complicaciones debidas a la guía se pueden llevar a cabo diferentes prácticas:
Importancia de la anatomía.
Cuando se selecciona el lugar de cateterización es importante tener en cuenta la anatomía, con el fin de reducir al máximo los intentos de inserción. Tal como se ha indicado, una herramienta que puede ayudar a su disminución es la ecografía.
Máximo cuidado en su manipulación
La guía es un instrumento bastante delicado, por lo que es importante poner el máximo cuidado en su manipulación, y en caso de encontrar cualquier tipo de resistencia, no aplicar fuerza. La misma, deberá ser comprobada después de cada intento, así como al finalizar el procedimiento.
Utilización de guías en forma de J
La utilización de este tipo de guías está relacionado con una mayor seguridad en el procedimiento y mejor navegabilidad.
*En niños de menos de 5 kg. de peso se desaconseja la utilización de este tipo de guías debido al grosor de las venas de estos pacientes, en los cuales se recomienda el uso de guías rectas.
Las guías de acero tienen peor navegabilidad y guardan memoria
Este motivo hace que podamos encontrarnos con un difícil escenario de “curvatura irreversible” cuando utilizamos guías de acero.
La curvatura puede suceder en el momento de la retirada, por tortuosidades de los accesos venosos a canalizar, pudiendo dañarse el acceso incluso de forma irreversible.
Las guías de nitinol con recubrimiento de teflón son las más recomendadas para la reducción de la tasa de «curvaturas» y lesiones del capital venoso.
Experiencia del operador
La experiencia del operador es clave para que el procedimiento se realice de forma correcta y no se produzcan problemas con la guía.
Una de las recomendaciones para conseguir mejores resultados, es la sujeción de la guía por el extremo proximal hasta que la punta distal esté completamente fuera del paciente.
La técnica Seldinger es una de las más recomendadas para la cateterización venosa central, considerándose una de las más seguras. No obstante, como cualquier procedimiento, para reducir al máximo las posibles complicaciones se pueden llevar a cabo las anteriores recomendaciones, lo que nos asegurará un mejor resultado en la realización del procedimiento.
Bibliografía:
Si quieres saber más acerca de la técnica Seldinger o los problemas relacionados con la guía del catéter, rellena el formulario con tus datos y dudas e intentaremos ayudarte a resolverlas.
0 comentarios