La hipovolemia juega un papel importante en el shock séptico y su gestión óptima es esencial para la recuperación de los pacientes. La sepsis afecta a más de 19 millones de personas anualmente, de las cuales 6 millones no sobrevivirán y aproximadamente 3 millones desarrollarán trastornos cognitivos y funcionales.1
Son diversos los factores que nos conducen a estos terribles resultados, entre los que se incluye comorbilidad previa, gravedad de la enfermedad aguda, identificación oportuna, así como las intervenciones realizadas. 1
En este contexto, la hipovolemia juega un papel importante en el shock séptico y su gestión óptima es esencial para la recuperación de los pacientes.