Catéter de línea media. Aplicación de protocolos operativos basados en evidencia

Por Antonio Verduo

3 Sep, 2024

La implementación de protocolos operativos basados en evidencia científica es esencial para la correcta colocación y mantenimiento de los catéteres de línea media. Estos protocolos no solo mejoran la seguridad del paciente, sino que también optimizan los resultados clínicos. A continuación, se presenta una síntesis de los principales protocolos y recomendaciones para el manejo de estos dispositivos. 

Proyecto Flebitis Zero

Este proyecto tiene como objetivo disminuir la flebitis relacionada con los catéteres venosos periféricos, de los que forman parte las líneas medias. Las medidas propuestas incluyen: 

  • Elección del catéter adecuado según la naturaleza de los fármacos, duración de la terapia, necesidad de extracciones de muestras sanguíneas, y estado del capital venoso. 
  • Higiene de manos rigurosa. 
  • Preparación de la piel con clorhexidina en unidosis, aplicada mediante fricción en forma reticular. 
  • Mantenimiento aséptico de los catéteres
  • Retirada de catéteres innecesarios

Y un perfil de seguridad destinado a disminuir los riesgos basado en: 

  • Medición del clima de seguridad 
  • Formación en seguridad del paciente 
  • Monitorización de prácticas seguras

Proyecto Bacteriemia Zero

Si bien este protocolo está destinado a prevenir la bacteriemia relacionada con el uso de catéteres centrales en Unidades de Cuidados Intensivos (pacientes críticos), como el catéter de línea media se pone como un central, hay muchos elementos comunes que se pueden observar. 

Además de las medidas a adoptar y del perfil de seguridad, en algunos casos (UCIs con alta tasa de BRC a pesar del adecuado cumplimiento de las medidas obligatorias de Bacteriemia Zero, pacientes con mayor riesgo de BRC, accesos con mayor riesgo de BRC, pacientes con mayor riesgo de complicaciones si desarrollaran BRC) hay una serie de recomendaciones adicionales como son: 

  • El uso de catéteres impregnados en antimicrobianos 
  • El uso de apósitos impregnados en clorhexidina 
  • El uso de tapones con solución antiséptica en los conectores 
  • La higiene corporal diaria con clorhexidina 

Protocolo SIP (GaVeCeLT)

Este protocolo es la guía para colocar los PICC, pero también puede tenerse en cuenta a la hora de colocar una línea media:

Método ZIM de Dawson

Este método tiene como objetivo seleccionar el punto de salida a la piel del catéter.

Recopilación de las recomendaciones de estos protocolos

De acuerdo con las indicaciones de cada uno de estos métodos y protocolos se pueden recopilar unas recomendaciones generales destinadas a la correcta inserción y mantenimiento de la línea media, comenzando por la  elección del catéter adecuado .

Lo elegiremos en función de: 

  • Naturaleza de los fármacos a infundir (pH, osmolaridad…)​ 
  • Duración de la terapia​ 
  • Necesidad de extracciones de muestras sanguíneas​ 
  • Estado del capital venoso​ 
  • Catéter menor calibre posible que asegure tratamiento prescrito​ 
  • Longitud de catéter adecuada (al menos 2/3 intravascular)​ 
  • Valorar catéter antimicrobiano en casos seleccionados 

Otro aspecto fundamental es la  exploración ecográfica

Es necesario llevar a cabo una exploración ecográfica sistemática del brazo en el que se abordará, siguiendo el método RaPeVA, un mapeo de las estructuras internas del brazo que ayuda a descartar las zonas de riesgo (nervios y arterias) y a determinar el lugar de punción más adecuado, así como la viabilidad de todo el recorrido del catéter.  

Otros puntos comunes a todos los protocolos son los de la  correcta higiene de manos  y la  preparación de la piel con clorhexidina preferentemente en unidosis y aplicada mediante fricción en forma reticular, dejando secar. 

Un aspecto fundamental debe ser la puesta en marcha de las  máximas medidas de barrera durante la inserción.

Aunque la línea media no es un catéter central, se debe instalar como tal: cubriendo al paciente de pies a cabeza y presentando todo el material necesario preferentemente en un set con todo el material preparado lo que disminuye los riesgos de contaminación. 

Un aspecto que puede resultar polémico es el de la relación catéter/vena

Idealmente el catéter debe ser inferior al 33% del diámetro antero-posterior de la vena que vamos a canalizar. Las enfermeras de la Infusion Nursing Society señalan que el tamaño correcto está entre el 33% y el 45%, y solo a partir de este porcentaje se duplica el riesgo de trombosis. 

Para lograr una venopunción ecoguiada de la línea media se puede utilizar la técnica Seldinger modificada o la convencional con dilatador.  

El control adecuado de la posición de la guía (jugando con los planos en eje corto y eje largo), siguiendo los preceptos del protocolo SIP, asegura no haber cometido errores y que se está canalizando correctamente. Cuando las venas son profundas puede haber problemas al utilizar cánulas pelables de 7 cm, por lo que se recomendaría utilizar la técnica Seldinger con dilatador. La ecografía también ofrece una imagen del posicionamiento final de la punta del catéter. 

Para lograr el mantenimiento aséptico de los catéteres según los protocolos Bacteriemia Zero y Flebitis Zero, existen algunos dispositivos como las jeringas precargadas, las alargaderas bifurcadas o los tapones de desinfección pasiva, que contribuyen a esta asepsia. 

Fijación de la línea media

En lo que se refiere a la fijación de la línea media y de acuerdo con el protocolo SIP, cabe recomendar la fijación sin sutura adhesiva comercial o el anclaje subcutáneao, el uso del cianocrilato para evitar el sangrado y de apósitos transparentes con membrana semipermeable.  

En algunos casos se puede valorar la utilización de un apósito con clorhexidina. 

Es importante identificar claramente que se trata de un catéter periférico para evitar confusión entre los profesionales encargados del mantenimiento del dispositivo.

Valoración diaria de una posible retirada

La permanencia máxima recomendada de una línea media va desde un mes hasta los 4-6 meses en el caso de aquellos fabricados en poliuretano de grado 3 (siempre siguiendo las recomendaciones del fabricante). 

 Sin embargo, el midline puede retirarse entes de estos plazos en los siguientes casos: 

  • Cuando ya no es necesario 
  • Cuando es inadecuado por producirse una escalada en la terapia y se debe pasar a un PICC (al requerirse la administración de fármacos que solo pueden administrarse por vía central). Antes de realizar un recambio con guía tras cortar la porción intravascular, hay que valorar la permeabilidad del catéter, el estado del trayecto venoso y el estado del punto de inserción. 
  • Cuando se ha producido una infección, una obstrucción irresoluble, una lesión mecánica o una trombosis venosa con malfuncionamiento. 

Conclusión

La evidencia científica proporciona estrategias operativas esenciales para la correcta inserción y mantenimiento de los catéteres de línea media. La aplicación rigurosa de estos protocolos no solo asegura una mayor seguridad y eficacia, sino que también mejora significativamente los resultados clínicos y la experiencia del paciente. evidencia científica nos ofrece estrategias en forma de protocolos operativos imprescindibles para la inserción y mantenimiento de los catéteres de línea media.

Antonio Verduo

Enfermero responsable del ETI en Hospital Universitario Reina Sofía

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