¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA COLOCACIÓN CORRECTA DE LA UBICACIÓN DE LA PUNTA DEL CATÉTER? BENEFICIOS DEL SISTEMA ECG EN COMBINACIÓN CON EL CATÉTER DE CORTE PROXIMAL

Por Neus Monmeneu Salavert

30 Abr, 2025

El acceso venoso central requiere precisión y seguridad para evitar complicaciones graves. El electrocardiograma intracavitario (ECG-IC) ha revolucionado la colocación de catéteres centrales, permitiendo una ubicación precisa de la punta del catéter en la unión cavo-auricular y reduciendo riesgos como arritmias y trombosis. 

La combinación del ECG-IC con el catéter de corte proximal ofrece múltiples beneficios, siendo más seguro y fácil de aplicar que la comprobación radiológica tradicional. Este método optimiza los recursos hospitalarios y reduce costes, además de ser accesible para la mayoría de los profesionales gracias a su rápida curva de aprendizaje. 

En este artículo, se detallarán sus beneficios y cómo se ha consolidado como la técnica «gold estándar» para la colocación de dispositivos de acceso vascular central. 

Si no tienes tiempo para leer el artículo completo aquí te dejamos un resumen de 1 minuto de lectura. 

El electrocardiograma intracavitario (ECG-IC) es una técnica avanzada para la colocación precisa de catéteres centrales, basada en la interpretación de la onda P. Este método reduce significativamente el riesgo de complicaciones como arritmias, mal funcionamiento del dispositivo, formación de vaina de fibrina y trombosis. 

El ECG-IC, combinado con el catéter de corte proximal, ofrece múltiples beneficios: 

  • Seguridad y eficacia: Ubicación precisa de la punta del catéter en la unión cavo-auricular. 
  • Costo-eficaz: Menor coste y riesgos comparado con la radiografía tradicional. 
  • Facilidad de uso: Rápida curva de aprendizaje y accesible para la mayoría de los profesionales. 
  • Versatilidad: Eficiente en pacientes con fibrilación auricular. 

En resumen, el ECG-IC es un método seguro, preciso y económico que optimiza la colocación de catéteres centrales, mejorando la seguridad del paciente y la eficiencia hospitalaria. 

MÁS ALLÁ DE LA RADIOGRAFÍA: EL VALOR DEL ECG-IC

Una correcta localización de la punta del catéter es fundamental para reducir de forma significativa complicaciones como arritmias, malfuncionamiento del dispositivo, formación de vaina de fibrina o trombosis. 

La comprobación radiológica tradicional ha demostrado ser una técnica menos eficiente, al incrementar tanto los costes como los riesgos asociados. 

Por ello, el uso de métodos que permitan verificar la posición de la punta del catéter en tiempo real durante el procedimiento se ha convertido en una práctica imprescindible. Entre ellos, destaca el sistema ECG-IC, cuya eficacia y fiabilidad lo posicionan como una herramienta clave en la colocación segura del catéter. 

Dentro del proceso de colocación del catéter, hay tres pasos diferenciadores para señalar la correcta ubicación de la punta:  

  1. Medir la longitud del catéter y realizar el corte del catéter tomando las medidas antropométricas del paciente (correspondiente al paso 3 del procedimiento). 
  2. Introducir el catéter y si se dispone de ECG, realizar la comprobación de la punta intraproceduralmente (correspondiente al paso 5 del procedimiento). 
  3. Comprobación de la localización de la punta mediante radiografía si no se disponen de los medios/destrezas de la comprobación intraprocedural (correspondiente al paso 8 del procedimiento). 

Los catéteres PICC se cortan debido a la necesidad de adaptar su longitud a la anatomía específica del paciente y garantizar la administración de la terapia segura y efectiva.

¿QUÉ COMPLICACIONES EXISTEN SI LA LONGITUD DEL PICC NO ES CORRECTA?

Las complicaciones se pueden dar a raíz de dos factores principales: catéter demasiado corto o catéter demasiado largo.

Si el catéter es demasiado corto nos encontraremos frente a: 

  • Mayor Riesgo de Trombosis: La colocación inadecuada del catéter puede aumentar el riesgo de trombosis venosa profunda (TVP). Si la punta del catéter no está en la posición correcta, puede haber una mayor irritación de las paredes venosas, lo que favorece la formación de coágulos sanguíneos.  
  • Ineficacia en la Administración de Tratamientos: Si el PICC es demasiado corto, puede haber dificultades para administrar medicamentos o líquidos de manera efectiva.   
  • Riesgo de Daño Vascular: Si la punta del catéter no está colocada adecuadamente en la vena cava superior, podría haber un mayor riesgo de daño a las paredes vasculares. Esto podría provocar irritación, inflamación o lesiones en la íntima vascular.  
  • Malfuncionamiento del catéter. 
  • Manguito de fibrina: lo que puede suponer obstrucciones de la luz del catéter o infecciones localizadas. 

Mientras que si el catéter queda demasiado largo nos encontramos frente a otra serie de complicaciones: 

  • Desplazamiento y migración: Un catéter demasiado largo aumenta el riesgo de desplazamiento o migración dentro del sistema venoso. Esto puede llevar a que la punta del catéter no esté correctamente posicionada en la vena cava superior, lo cual es crucial para evitar complicaciones. 
  • Incomodidad para el paciente: Un segmento adicional de catéter fuera del cuerpo del paciente puede resultar incómodo y causar molestias. Esto puede afectar la movilidad y la comodidad del paciente.  
  • Mayor riesgo de infección: Un catéter demasiado largo puede aumentar el riesgo de infecciones, ya que hay más superficie expuesta del catéter fuera del cuerpo. Las infecciones pueden ocurrir en el sitio de inserción o a lo largo del trayecto del catéter.  
  • Complicaciones cardíacas: Si la punta del catéter se encuentra en una posición inadecuada, como en la aurícula, podría aumentar el riesgo de complicaciones cardíacas, como arritmias.  
  • Mayor riesgo de rotura o daño del catéter: Un catéter demasiado largo puede ser más propenso a la manipulación accidental, lo que aumenta el riesgo de ruptura o daño del catéter.   

¿CÓMO ASEGURAR LA CORRECTA COLOCACIÓN DE LA PUNTA?

La atención y la precisión en la localización exacta de la punta del catéter PICC es esencial para minimizar el riesgo de complicaciones y garantizar una administración eficaz de los medicamentos.  

Se deben llevar a cabo estrategias que aseguran la correcta colocación de la punta, antes de ajustar el tamaño el catéter. 

Para ello el primer paso importante dentro del procedimiento de inserción será realizar la medición de la longitud del catéter y realizar el corte del catéter tomando las medidas antropométricas del paciente. Sin embargo, hay que tener en cuenta que este método es aproximativo ya que el recorrido de las venas no es el mismo en todos los pacientes existiendo una variedad anatómica y el recorrido de estas venas tampoco es exacto internamente según hemos medido superficialmente al paciente. Por ello cabe destacar que NO ES SUFICIENTE CON ESTA MEDICIÓN. 

Otro de los métodos de comprobación de la punta existentes que nombrábamos al inicio de este artículo es el uso de la radiografía como método de visualización de la punta al final de su inserción. Junto a este también se encuentran la fluoroscopia y la ecocardiografía. Pero vemos que también estos métodos tienen más inconvenientes que ventajas siendo más interpretativos, dañando a paciente por su invasividad en el método o elevando los costes en el procedimiento. 

Por ello, el “gold estándar” para detectar la ubicación correcta de la punta es el método ECG-IC, debido a que es el método intraprocedimiento más seguro, sencillo, rentable y preciso para la localización de la punta es ECG-IC.

Las ventajas que este presenta para el profesional, paciente e institución sanitaria son elevadas frente a los otros métodos de comprobación. 

Desde los años 2010, el método ECG IC se ha introducido poco a poco en el mundo del acceso vascular principalmente a través de los Equipos de Terapia Intravenosa (llamados ETI o EIAV) y especialistas en acceso vascular. Gracias a toda la investigación llevada a cabo en estos últimos 10 años, en países como Italia, Estados Unidos y China, no cabe duda de que el ECG IC es el método más costo-eficaz para colocar dispositivos de acceso venoso central. 

El aspecto más importante para valorar en primer lugar es que permite llevar a cabo un procedimiento de comprobación totalmente inocuo para el paciente. 

El ECG-IC es fácil de aplicar

  • La curva de aprendizaje es relativamente corta al no necesitar conocimientos profundizados de electrocardiografía o electrofisiología cardiaca. 
  • Se basa en un procedimiento ya conocido por parte de los médicos y enfermeros. 
  • No supone estrés adicional para el paciente por ser intraprocedimental. 

Respecto a la gestión hospitalaria, es un sistema que merece ser conocido en interno ya que: 

  • Supone una inversión asumible respecto a la adquisición de un equipo y del fungible a usar. 
  • Permite ahorrar el coste que supone solicitar a un equipo de radiología intervencionista o convencional, o quirófano. 
  • Permite evitar el sobre coste atribuido a otros métodos de comprobación más lentos (tiempo de enfermería, radiólogos, celadores), y a los posicionamientos erróneos (tratamientos de complicaciones, cambio de catéter…). 

Además de todas estas ventajas, el sistema ECG-IC ofrece una gran versatilidad al poder usarse con cualquier tipo de dispositivo de acceso vascular central y al poder aplicar la técnica en pacientes con fibrilación auricular. 

Por otro lado, son también distintas guías las que lo recomiendan, como es el caso de ESPEN o GAVeCeLT. 

Así como diferentes estudios demuestran que el uso del electrocardiograma intracavitario: es más fiable que la radiografía, utilizada antes de la existencia del ECG IC, se considera el método más costo-eficaz, tiene un manejo muy sencillo y la interpretación del trazado está al alcance de todos al necesitar únicamente unos conocimientos básicos de electrocardiografía. 

E indican que la ubicación intraprocedimental de la posición de la punta del catéter central: 

  • Debe ser utilizada por ser más precisa, más rápida respecto al comienzo del tratamiento y reduciendo costes. 
  • Evita la necesidad de recurrir a maniobras de reposicionamiento tras el procedimiento que pueden ser complicadas, caras y potencialmente peligrosas. 
  • Tiene que basarse en la radiografía únicamente en casos muy puntuales. 

Beneficios del ECG-IC en combinación con el corte proximal

El uso de un sistema de ECG-IC como método recomendado por las diferentes guías de evidencia científica para la correcta ubicación de punta proximal de un catéter central, y considerado como un método fiable y de sencillo manejo por diferentes estudios, será el recomendado para correcta colocación de un PICC de corte proximal por:

  • Rápida inserción, canalización y posicionamiento del catéter. 
  • Ubicación correcta de la punta proximal atraumática intraprocedimental, incluso en pacientes con fibrilación auricular, activar el modo fibrilación auricular y valorar la amplitud de las ondas F, en el caso de disponer de un monitor adecuado para ello. 
  • No medición previa para ajuste de longitud total del catéter. 
  • Corte proximal ajustado a la longitud externa adecuada para el sistema de anclaje subcutáneo. 
  • Manejo muy sencillo tras breve periodo formativo. 
  • Curva de aprendizaje corta. 
  • Utilización del catéter tras la finalización del proceso, sin necesidad de otro tipo de comprobación que implicaría trasladar al paciente para realizarla, y la espera de confirmación para poder ser utilizado. 
  • Reducir costes y espera para el inicio de la terapia intravenosa a administrar. 

CONCLUSIONES

El uso del sistema ECG-IC para la colocación de catéteres se ha demostrado como una técnica superior en comparación con la radiografía tradicional. Este método no solo reduce significativamente las complicaciones como arritmias, malfuncionamiento del dispositivo, formación de vaina de fibrina o trombosis, sino que también es más eficiente en términos de costes y seguridad. La capacidad de verificar la posición de la punta del catéter en tiempo real durante el procedimiento es crucial para garantizar una colocación precisa y segura. Además, el ECG-IC es fácil de aplicar, tiene una curva de aprendizaje corta y no añade estrés adicional al paciente. 

Además, es ampliamente recomendado por guías como ESPEN y GAVeCeLT, y respaldado por diversos estudios. Por otro lado, el ECG-IC combinado con el corte proximal del catéter ofrece múltiples beneficios, como una rápida inserción y posicionamiento, manejo sencillo tras un breve periodo formativo, y reducción de costes y tiempos de espera para el inicio de la terapia intravenosa. 

En resumen, el ECG-IC se posiciona como el «gold estándar» para la colocación de catéteres, ofreciendo ventajas significativas para los profesionales de la salud, los pacientes y las instituciones sanitarias.

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