La gestión del dolor en el paciente pediátrico presenta desafíos únicos que requieren enfoques especializados. Las particularidades anatómicas y su reacción ante ciertos fármacos y tratamientos influyen en la planificación y ejecución del procedimiento quirúrgico.
Los cambios de los últimos años en la anestesia regional pediátrica (ARP), motivados por la necesidad de adaptación a este paciente específico han impulsado su desarrollo.
¿Qué debemos conocer de estos grupos especialmente vulnerables?
¿Qué podemos hacer para reducir complicaciones en la técnica?