La irrupción de la Covid-19 ha supuesto un cambio radical de estrategia en el hospital.
El paciente contaminado debe ser atendido con precauciones máximas y protocolos estrictos. Esto ha supuesto poner a prueba la capacidad de adaptación de los equipos, que sin embargo, han podido recibir ayuda a través de guías creadas para hacer frente a la situación, gracias a grupos de especialistas en cada campo implicado en el tratamiento de estos pacientes.
En lo que se refiere al acceso vascular, las recomendaciones de expertos internacionales como los de la sociedad GAVeCeLT, dejan claro qué tipos de dispositivos son los más indicados y para qué.
También proponen unas pautas sobre la gestión de estas vías, tanto para su colocación como para su ubicación y fijación.
Sondas de ecografía inalámbricas
Sabemos que para la colocación de catéteres centrales, PICC o midline, la ecografía permite maximizar la tasa de canalización en el primer intento y así reducir drásticamente los riesgos de complicaciones. Los sistemas sin cable tienen ventajas adicionales:
Las sondas inalámbricas siempre han tenido la ventaja de una portabilidad extrema, lo que las hace particularmente útiles en el posicionamiento a pie de cama del acceso periférico de larga duración (mini-midline y midline) y accesos centrales. En el paciente COVID-19 es deseable, si no tal vez indispensable, para minimizar el riesgo de contaminación.
ECG intracavitario
Más que nunca en las circunstancias actuales, el uso de sistema ECG para comprobar la posición de la punta es recomendado, ya que permite evitar la placa de control posterior:
evitar los controles radiológicos al menos por acceso vascular: si el paciente es transportado al departamento de radiología o si el equipo radiológico es llevado a la cama del paciente, el riesgo de contaminación de los operadores y el aparataje es muy alto. En estos pacientes, es imprescindible verificar la posición de la punta del catéter venoso central (ubicación de la punta) utilizando métodos no radiológicos, como la electrocardiografía intracavitaria (IC-ECG)
Sistema de fijación con anclaje subcutáneo
Se deben usar métodos y dispositivos que eviten el desplazamiento o la retirada accidental de una vía de media/larga duración
la dislocación parcial o total de un CICC o PICC en un paciente COVID- 19 y, por lo tanto, la necesidad de recolocación no solo implica un desperdicio de recursos como en el paciente no COVID-19 (añadiendo sin embargo en el primer caso el coste de los equipos de protección individual que son además de caros, escasos), sino también un nuevo riesgo de contaminación del operador al repetir la maniobra. Por lo tanto, es necesario considerar el uso de sistemas de anclaje subcutáneo
Además de estas tres recomendaciones, es importante recordar que la técnica de inserción del acceso vascular es un aspecto muy importante tanto para el paciente Covid como para cualquier otro paciente, ya que de ella depende la invasividad del gesto y las complicaciones posteriores.
De la misma manera, los cuidados del catéter desenvuelven un papel fundamental en el correcto funcionamiento de la vía, especialmente en el paciente Covid, con quien es primordial evitar al máximo la intervención del profesional sanitario en caso de obstrucción, entre otros.
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