6 problemas y 12 soluciones en la infusión de Anestesia Total Intravenosa (TIVA)

Por Campus Vygon

30 Sep, 2020

La crisis sanitaria ha trastocado por completo todos los servicios, obligando a los profesionales a adaptarse en tiempo récord. Durante estos meses ha sido necesario reevaluar técnicas y fármacos, con el fin de proporcionar un servicio mejor y más seguro, y, sobre todo, que ayude a combatir la Covid-19 sin poner en riesgo la salud de los sanitarios.

Al tratar pacientes con enfermedades contagiosas, como es el caso del coronavirus, es preciso buscar el modo de evitar la generación de aerosoles, los cuales podrían poner en riesgo a los profesionales sanitarios.

TIVA y Covid-19

La Anestesia Total Intravenosa (TIVA), es una gran alternativa en estos casos, ya que además de producirse menos aerosoles que durante una terapia de inhalación, también es posible proporcionar el tratamiento mediante líneas de prolongación o bombas de infusión, manteniendo así la distancia de seguridad necesaria.

Asimismo, para el paciente también aporta beneficios, puesto que evita los efectos deletéreos de la inmunosupresión y elimina la irritación respiratoria.

Beneficios para el paciente

La TIVA ofrece ventajas no solo en pacientes Covid-19, sino también, en todos aquellos donde la vía inhalatoria esté desaconsejada, aportando, además, otra serie de beneficios :

  • Reducción de náuseas y vómitos postoperatorios
  • Menor contaminación atmosférica
  • Recuperación más rápida
  • Mayor estabilidad hemodinámica
  • Preservación de la vasoconstricción pulmonar hipóxica
  • Reducción de la presión intracerebral
  • Menor riesgo de toxicidad orgánica

Indicaciones de la TIVA

La TIVA es una técnica que, cada vez más, está cobrando mayor importancia en la práctica clínica, debido a las ventajas que presenta para determinados pacientes. Entre las indicaciones principales de esta técnica encontramos:

  • Técnica alternativa o coadyuvante a la inhalatoria
  • Neurocirugía
  • Anestesia fuera del área quirúrgica
  • Hipertermia maligna
  • NVPO
  • Neuromonitorización
  • Cirugía de Tórax 
  • Otorrino 
  • Historia de delirium o agitación
  • Sedación en anestesia local o locorregional 
  • Reducción de la contaminación ambiental.

Riesgos

A pesar de las ventajas que puede suponer la TIVA, no está exenta de riesgos, y los profesionales tienen que hacer frente a diferentes problemas relacionados con la infusión, manejo de los dispositivos de administración y seguridad del paciente.

Uno de los fármacos más utilizados en estos casos es el Propofol.

Especificaciones del Propofol

El Propofol es eficaz en la TIVA, no obstante, su manejo exige una serie de precauciones.

Al administrar este fármaco, es necesario tener en cuenta el espacio común entre líneas, ya que presenta incompatibilidad con una gran variedad de soluciones.

Además, el Propofol puede sufrir un fenómeno de absorción en materiales como el PVC o reaccionar con los plásticos produciendo roturas en llaves de tres vías o piezas en “Y”.

El tubo de PVC intravenoso usado para administrar la droga puede causar una reducción significativa (en la concentración de Propofol).

Todos estos requerimientos es importante tenerlos en cuenta al seleccionar los dispositivos que utilizaremos durante la terapia, con el fin de infundir al paciente la cantidad exacta de Propofol que necesita.

¿Cómo administrar el Propofol?

El Propofol se puede administrar como infusión manual intermitente, infusión manual continua o infusión controlada por objetivos (TCI). 

Los sistemas de infusión TCI, permiten al profesional modificar, en tiempo real, la profundidad de la hipnosis o los requerimientos analgésicos según los estímulos nociceptivos. Y de esta manera, adaptar su tratamiento a las necesidades de cada paciente en base a parámetros antropométricos y la integración de algoritmos matemáticos de precisión, que tienen en cuenta las propiedades farmacocinéticas y farmacodinámicas del anestésico intravenoso.

Utilizar estos sistemas, mejora la precisión en las dosis administradas y disminuye la variabilidad de los bolus intravenosos o los sistemas manuales convencionales.

Problemas relacionados con el material de infusión

A parte de los problemas directamente relacionados con el Propofol, los profesionales se encuentran a menudo con otros riesgos que pueden impedirles un control exacto sobre el fluido.

problemas TIVA
1. Reflujo del medicamento por el tubo de infusión.

Subdosis: Hipertensión, taquicardia o laringoespasmo.

2. Infusión de bolo no controlada.

Sobredosis: Hipotensión, bradicardia, depresión respiratoria, demora al despertar o hiperalgesia.

3. Falta de control sobre el tiempo y volumen de llegada al torrente sanguíneo.
  • Gran espacio muerto en tubos y llaves de paso.
  • Efecto retardado de las drogas.
  • Mal manejo de la sedación y/o reanimación.
4. Tiempo de enfermería al utilizar llaves de tres pasos.
  • Montaje de la línea de infusión, ya que se utilizan diversos dispositivos ensamblados.
  • Cambio o cierre de tapones tras cada manipulación.
  • Retirada o renovación de apósitos, cánulas intravenosas cortas, bolsa de suero salino, etc.
5. Riesgo de infección.

El riesgo de infección es una de las grandes preocupaciones de los profesionales, existen diferentes guías y sociedades que han hablado de ciertas medidas que se pueden adoptar para reducir la flebitis y bacteriemia.

Con respecto al dispositivo, utilizar llaves de tres pasos, amplía la probabilidad de que surjan estas complicaciones. Esto se debe a la mayor manipulación y cambios de las líneas que estos dispositivos precisan: gestión de tapones, múltiples conexiones/desconexiones… Así como, al riesgo de que no permanezcan perfectamente cerradas.

6. Incomodidad para el paciente.

Una vez más, en este punto, el dispositivo tiene un papel fundamental, ya que las llaves ocupan un mayor espacio que prolongadores bifurcados o trifurcados.

Soluciones

Con el fin de evitar todos estos problemas, la Sociedad de Anestesiólogos y la Sociedad para Anestesia Intravenosa de UK han elaborado unas guías de buena praxis para la infusión de anestesia por vía intravenosa.

Entre las recomendaciones se incluye:

1. Utilizar un sistema de infusión TCI (target controlled infusion system) durante el mantenimiento anestésico.
2. Ajustar las concentraciones objetivo iniciales a las características del paciente, los fármacos coadministrados y la situación clínica.

En el caso de acianos o pacientes con alta morbilidad se recomienda comenzar con una concentración baja de Propofol, y a la vez que se controla la respuesta, ir incrementando progresivamente la cantidad.

3. Protocolizar el uso de una concentración estándar de Propofol y diluir el remifentanilo siempre a la misma concentración.

En áreas quirúrgicas o sedaciones fuera de quirófano es preferible protocolizar el uso de una concentración estándar de Propofol y diluir el remifentanilo siempre a la misma concentración para evitar errores de medicación. Por ejemplo, Propofol 1%, dilución de remifentanilo a 50mcg/ml.

4. Utilizar conector Luer-Lock.

Se recomienda que el set de infusión a través del que se administre la TIVA incluya un conector Luer-Lock en cada extremo para reducir el riesgo de desconexión accidental.

5. Evitar en la medida de lo posible el espacio muerto.

Para ello, se recomienda sustituir las llaves de tres vías por prolongadores bifurcados o trifurcados que, además, permitirán reducir el espacio común entre las líneas y aportarán un mayor control sobre la infusión.

6. Utilizar un material resistente a infusiones de Propofol.

Como hemos comentado, el Propofol deteriora el plástico presente en las llaves de tres vías o piezas en «Y«. Además, los dispositivos de PVC absorben parte de esta medicación.

7. Programar los sistemas de infusión después de que la jeringa que contiene el agente anestésico haya sido colocada en el dispositivo.
8. Utilizar válvulas antirretorno.

Cuando se administra más de una infusión a través de una única cánula IV o luz de un CVC, se recomienda incorporar una válvula antirretorno.

9. Colocar las líneas de infusión lo más cerca posible del paciente.

Con el fin de minimizar el espacio muerto, se recomienda colocar las líneas de infusión lo más cerca posible del paciente.

10. Colocar y fijar correctamente la cánula IV.

Es esencial que la cánula IV a través de la cual se administrará la TIVA, esté bien colocada y fijada, en particular si la cánula se ha insertado en una vena de la fosa antecubital, donde es difícil detectar una administración subcutánea accidental.

11. Línea continua desde la jeringa hasta la cánula o catéter.

Siempre que sea posible, se recomienda una línea continua desde la jeringa hasta la cánula o catéter, sin conexiones adicionales o llaves de tres vías.

12. En caso de precisar líneas de prolongación, utilizar alargaderas bifurcadas o trifurcadas.

Las alargaderas bifurcadas o trifurcadas presentan menor espacio muerto y común entre líneas que las llaves de tres vías. Además, permiten una manipulación más lejos del paciente y reducen el tiempo que enfermería debe destinar a su colocación y mantenimiento.

12 recomendaciones infusión TIVA

Como hemos visto, la TIVA ofrece grandes beneficios tanto para los pacientes como para los profesionales. Pero, al igual que toda terapia, presenta algunos riesgos. Una formación amplia en la técnica y poner en práctica las recomendaciones anteriores pueden ayudar a reducir la probabilidad de encontrarnos complicaciones.

Además, existen dispositivos de infusión especialmente diseñados para la Terapia Total Intravenosa (TIVA) que permiten un mayor control y seguridad durante el tratamiento.

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