Lo que vas a aprender en este artículo

La gestión del catéter PICC en pacientes oncológicos plantea un desafío crucial: ¿Son más propensos estos pacientes a complicaciones? Esta pregunta suscita un interés significativo dada la complejidad de la enfermedad y los tratamientos agresivos que enfrentan.

RESUMEN

El artículo explora la gestión del catéter PICC en pacientes oncológicos, destacando si estos pacientes son más propensos a complicaciones. Se resalta la importancia del acceso vascular en la atención oncológica debido a la naturaleza de la enfermedad y los tratamientos agresivos.

Los catéteres PICC se presentan como una solución versátil para la administración de medicamentos y la extracción de muestras sanguíneas, con beneficios como la reducción del malestar para el paciente y la eficiencia en la toma de muestras. Sin embargo, se mencionan riesgos específicos para los pacientes oncológicos, como la inmunosupresión y el riesgo de infecciones relacionadas con el catéter, resaltando la necesidad de un control exhaustivo y pautas estrictas de higiene para mitigar estos riesgos.

En conclusión, el catéter PICC es una opción favorable para pacientes oncológicos, teniendo como punto clave un cuidado meticuloso debido a la inmunodepresión de dichos pacientes.

ACCESO VASCULAR EN ATENCIÓN ONCOLÓGICA

En el complejo panorama de la atención oncológica, el acceso vascular emerge como un elemento crucial en el cuidado integral de los pacientes. La naturaleza única de los pacientes, junto con los tratamientos agresivos y prolongados, plantea desafíos específicos en la administración de medicamentos y la extracción de muestras sanguíneas.

Es en este contexto donde la atención al acceso vascular adquiere una relevancia ineludible. La importancia radica en la minimización del trauma asociado a punciones repetidas, la reducción de riesgos de infección y complicaciones, así como en la preservación de la calidad de vida del paciente. Desde la seguridad y comodidad del paciente hasta la eficacia del tratamiento, el diseño y mantenimiento adecuados del acceso vascular son pilares fundamentales para garantizar una atención óptima.

En este artículo, exploraremos las necesidades particulares de los pacientes oncológicos en relación con el acceso vascular, así como la justificación de su importancia en este contexto clínico tan exigente.

BENEFICIOS DEL USO DEL PICC EN EL PACIENTE ONCOLÓGICO

En este ámbito, los catéteres PICC, por sus siglas Peripherally Inserted Central Catheter tienen un papel protagonistas. Su ubicación estratégica permite la administración, segura durante tratamientos prolongados de quimioterapia, fluidoterapia, terapias inotrópicas, antibióticos, soporte nutricional parenteral y cuidados paliativos.

Estos catéteres pueden ser usados para:

• Facilita la administración de medicamentos: El PICC permite la administración segura y cómoda de quimioterapia, antibióticos y otros medicamentos intravenosos (IV) directamente en el torrente sanguíneo. Esto reduce la necesidad de punciones venosas frecuentes y minimiza el malestar para el paciente.
• Menos molestias para el paciente: Reducir la cantidad de venopunciones, rebajando así los niveles de ansiedad en los pacientes y ahorrando tiempo al personal sanitario. Dando la posibilidad tanto de infundir medicamentos como de extraer muestras de sangre por esa misma vía.
• Muestras de sangre más sencillas: El equipo de atención puede tomar muestras de sangre de manera más eficiente a través del PICC. Esto es especialmente relevante para pacientes oncológicos que requieren análisis frecuentes para evaluar su estado de salud y respuesta al tratamiento.
• Versatilidad: Además de la quimioterapia, el PICC se puede utilizar para transfusiones de sangre, administración de líquidos, y en algunos casos, para inyectar medios de contraste antes de pruebas de imagenología como tomografías computarizadas (CT). Además, su uso permite recibir tratamiento en hospitalización domiciliaria, infundiéndole los medicamentos en su hogar, estableciendo así un ámbito más estable emocionalmente para el paciente.

• Durabilidad y comodidad: Un PICC puede permanecer en el cuerpo durante todo el período de tratamiento necesario. Los pacientes pueden continuar con sus actividades cotidianas sin restricciones significativas, siempre que sigan las recomendaciones de cuidado y eviten actividades intensas o movimientos repetitivos.
• Seguridad: Evitar la formación de hematomas, flebitis o trombosis al ser dispositivos más seguros y estables.

RIESGOS DE LOS PACIENTES ONCOLÓGICOS

Según el catéter empleado se pueden tener efectos adversos distintos o algunas complicaciones como infecciones, obstrucciones o trombosis, estos problemas no solo se pueden dar en pacientes oncológicos, si no en cualquier paciente portador de catéter.

Sin embargo, es cierto que, los pacientes oncológicos son más propensos a desarrollar infecciones en relación con los accesos vasculares debido a diferentes factores:

• Inmunosupresión: Los tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia o la radioterapia, pueden suprimir el sistema inmunológico del paciente debilitando así el cuerpo. Esto provoca que las defensas bajen y no puedan combatir las infecciones relacionadas con bacterias y microorganismos.
• Mayor riesgo de bacterias resistentes: El aumento de las infecciones relacionadas con el catéter pueden venir dadas por los tratamientos antibióticos que reciben durante la quimioterapia, ya que estas infusiones pueden llevar a la resistencia de bacterias.
• Duración del catéter: Siempre que sean tratamientos de larga duración, como en muchos casos el de los pacientes oncológicos, los catéteres permanecerán un largo período de tiempo insertados en el paciente. Esta estancia prolongada sin una buena desinfección del punto de inserción puede llevar a que el área de alrededor del catéter sea sensible a infecciones.
• Invasión del tejido: Los catéteres son dispositivos invasivos que atraviesan la piel y pueden introducir bacterias directamente en el cuerpo. Incluso con técnicas de inserción aséptica, siempre existe un riesgo residual de contaminación bacteriana.

A causa de las complicaciones señaladas anteriormente, los pacientes oncológicos deben tener un control más exhaustivo en su DAV (catéter) para detectar dichos signos de infección. Además, para poder evitar estos problemas se deben seguir unas pautas de higiene y desinfección muy estrictas, como la higiene adecuada del catéter y la piel circundante.

CONCLUSIONES

En conclusión, el catéter PICC es un dispositivo de acceso vascular que experimenta un riesgo bajo de complicaciones, por ello es una muy buena alternativa para pacientes con tratamientos prolongados, como en este caso los oncológicos. 

A resaltar, que debe mantenerse una higiene y control exhaustivo, más incluso que con pacientes con otro tipo de patologías por la inmunodepresión que estos primeros presentan.

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